martes, 10 de febrero de 2015

Valentía orureña en las guerras del Pacífico y del Chaco

Las guerras del Pacífico y del Chaco, son probablemente dos de los acontecimientos bélicos más importantes que ha enfrentado Bolivia y que han marcado la historia del país. Ambos han dejado profundas heridas en el pueblo boliviano y también en el orureño, que durante los años de lucha, aportó con valentía, fuerza, inteligencia y sobre todo patriotismo.

GUERRA DEL PACÍFICO

El impuesto de 10 centavos al quintal de salitre importado, por parte del Gobierno boliviano desencadenó, inicialmente, un conflicto diplomático, que posteriormente derivará en la invasión chilena en febrero de 1879, encontrando desatentos a los bolivianos que celebraban el Carnaval, que fue suspendido apenas se conoció la noticia desde Antofagasta.

Desde entonces y hasta 1883, con la incorporación de Perú al conflicto debido al Tratado de Alianza Defensiva, se desarrollaron una serie de batallas, con algunas victorias, pero la mayoría derrotas, que provocaron la pérdida de importante territorio, provocando una herida que no cerrará para los bolivianos.

A pesar de ello, es para destacar la valentía de los orureños que participaron en la contienda y que lucharon con patriotismo para defender el Litoral boliviano.

Cuando el Gobierno del presidente Hilarión Daza, lanzó el decreto que mandaba a organizar a la población en regimientos, en Oruro se debían establecer 2: el primero denominado Carangas y el segundo el regimiento de Paria. Esto ocurrió el mes de abril de 1879.

Se logran reunir aproximadamente unas 500 personas, dispuestas a enfrentar al invasor, aunque se decide formar sólo un cuerpo: el Regimiento de Carabineros Oruro, que posteriormente pasó a llamarse Batallón Dalence, que estaba comandado por el doctor y militar, coronel Donato Vásquez.

El batallón orureño asistió a la concentración de las fuerzas en la ciudad de La Paz. Acudieron mal uniformados, de hecho varios vestían de civil, contaban con poco armamento y con algunos caballos.

El Batallón Dalence fue enviado a Tacna, donde permaneció casi 5 meses sin entrar en combate. Finalmente, siendo parte de la división comandada por el general peruano Juan Buendía, salieron junto a otros batallones peruanos y bolivianos, para enfrentarse en la batalla de San Francisco, conocida como la de los Dolores por los chilenos.

Se narra que una fracción del batallón Dalence y otra del Zepita de Perú, lograron tomar un cañón enemigo, inmediatamente el orureño Pascual Mariano Mamani, llamó con la trompeta al resto de las tropas que se encontraban al pie de la montaña de San Francisco. Pero poco antes de eso, pensando que no había opción de lograr tomar el lugar, muchos dispusieron desconcentrarse al grito de "a Oruro, a Oruro", abandonando el campo y replegándose.

Muchos cayeron prisioneros, entre ellos varios oficiales. Fueron repatriados al culminar la guerra, en 1883.

Sin embargo la presencia de los orureños también fue destacada en otros regimientos y batallones. Como por ejemplo el Batallón Alianza, conocido también como Colorados de Bolivia. Su comandante y subcomandante eran orureños; el general Ildefonso Murguía y el teniente coronel Gumercindo Bustillo respetivamente, que desarrollaron campañas notables, como es conocido a través de los libros de historia boliviana.

Por supuesto el hecho más importante para los Colorados, es la Batalla del Alto de la Alianza, que además marcó el fin de la guerra para los bolivianos, dejando al Perú solo frente a Chile durante los próximos 3 años.

Antes de la batalla, el general Narciso Campero, que comandaba la Quinta División, reunió a sus tropas en Oruro, donde se declaró presidente del país y casi de forma inmediata, Daza dimitía en Tacna.

De esta manera llega Campero a la batalla que se desarrolló en el sector denominado "Alto de la Alianza Perú Boliviana". Estando al mando de las fuerzas aliadas, decide llevar adelante una acción para sorprender a los chilenos y divide en dos grupos a las fuerzas para tomar por asalto al enemigo.

El plan falla y alerta al ejército chileno que comienza a atacar aprovechando el cansancio de los peruanos y bolivianos. Ya en la batalla, los aliados sufren varias bajas considerables, que obliga a los refuerzos, el batallón de los Colorados a actuar.

Quedó grabada en la historia, la valentía con que los comandados por Murguía lucharon, poco les faltó para recuperar terreno en la pugna, pero la falta de unidades de reserva, hizo que todos perecieran patrióticamente en el campo de batalla. Las tropas sobrevivientes se retiraron a La Paz y Oruro, donde intentaron reagruparse, pero no lo consiguieron. Algunos siguieron luchando unidos a batallones peruanos hasta el fin de la guerra.

También se debe destacar la labor desempeñada por el doctor Zenón Dalence, que organizó el Cuerpo de Ambulancias que atendió a los heridos de esta batalla, tanto bolivianos y peruanos como chilenos.

GUERRA DEL CHACO

Este conflicto bélico aún permanece fresco en la memoria de los orureños, porque muchos han tenido algún familiar que acudió al llamado de la Patria para combatir en esta guerra. La Guerra del Chaco comenzó el año de 1932 y finalizó con el cese de hostilidades el 12 de junio de 1935. Bolivia y Paraguay se disputaban una región del Chaco Boreal.

La existencia de petróleo en la zona en disputa, la necesidad boliviana de lograr una salida hacia el Océano Atlántico a través del río Paraguay, tras la pérdida de las costas del Pacífico y la falta de límites bien fijados desde la colonia, entre ambos países, fueron algunas de las razones que hicieron estallar esta guerra.

Es difícil resumir la actividad de los orureños en esta fatídica contienda que terminó derramando la sangre de más de 60 mil bolivianos; porque existen una diversidad de anécdotas, relatos y narraciones que pasan de generación en generación, en los hogares de Oruro.

Una vez que se conoce la toma de fortines en el Chaco, el Gobierno de Daniel Salamanca autoriza la formación de cuerpos del Ejército. En Oruro se organizó el 14 de Infantería, con gran cantidad de jóvenes que se presentaron de forma voluntaria para luchar por su país.

Los regimientos Avaroa y Campero fueron organizados por gente orureña y son los primeros en participar del cerco a Boquerón. Una buena parte de los efectivos, que defendieron durante 20 largos días el fortín, del asedio paraguayo, fueron oriundos de Oruro, que pelearon con bravura, dando muestras de mucho patriotismo.

El departamento ha sido además centro de concentración de unidades venidas desde La Paz y Cochabamba en el sector del ferrocarril, desde donde partieron hacia Villazón, en primera instancia y luego a Villamontes por tierra. En la ocasión, los habitantes de esta tierra, fueron despedidas con la conocida cueca "Adiós Oruro del Alma". Muchos, como dice la letra de la canción, no pudieron volver a sus calles, ni pisar sus arenas.

Entre los muchos orureños que lucharon en esta cruel guerra, se puede recordar a Arturo Perales Santander (que años después compuso la tradicional cueca "Caminito amigo"), Antonio Arzabe Reque, Guillermo Elío (periodista y redactor del periódico La Mañana de Oruro), Rodolfo Elías Peredo y Arsenio Minaya, Luciano Osco, Alberto Saavedra Peláez, Luis Antezana, Roberto Avaroa, Ernesto Cornejo, Julio Beltrán, Alberto Antezana, Galo Rodríguez, Arturo Ferrufino, Luis Lazzo, Félix Dalence, Armando Ortiz, José Pérez, René Encinas, José Dalence e Isaac Borda y muchos otros que serán recordados para siempre como ejemplo de patriotismo de la juventud de 1930.

BIBLIOGRAFÍA

- Revista "Historias de Oruro", Nº 14, Marzo de 2012, Oruro – Bolivia

- Revista "Historias de Oruro", Nº 7, Edición Fiestas Mayas, Mayo de 2011, Oruro – Bolivia

- "Orureños en la Batalla de Boquerón", Jesús Elías Lucero - Miembro de la Sociedad de Historia de la Guerra del Chaco, artículo publicado en el Suplemento "Fortín de La Patria", el 29 de septiembre de 2010 en el periódico

LA PATRIA

- Entrevista del autor al historiador Maurice Cazorla

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