La rebelión de la Villa de Oruro contra los españoles se produjo el sábado 10 de febrero de 1781 a causa de la rivalidad que había en la villa entre los europeos, por un lado, los criollos y mestizos por el otro.
En esta parte, de la historia aparece el corregidor, don Ramón de Urrutia, quien había organizado a guardias nacionales con motivo de la sublevación de Túpac Katari y Gabriel Túpac Amaru.
Los patriotas de Oruro que se sintieron humillados por la dominación española consideraron que era tiempo de levantarse, puesto que contaban con una milicia urbana, pero no se encontraba armada.
La leyenda: “El poder de tus brazos Oruro”, también se refiere a la fuerza de espíritu que tuvieron los orureños para proteger su libertad, enfrentándose a una poderosa monarquía, desconociendo su excesivo dominio y esclavitud de los hombres.
Los rebeldes actuaron de forma agresiva y violenta, como signo de sublevación en contra de la autoridad del reinado de Augusto Soberano Don Carlos III. Teniendo conocimiento de esta actitud sediciosa y la proclama de libertad y Patria, José Ayarsa marchó hasta Oruro para reponer la bandera de la corona española, por órdenes del corregidor de Cochabamba, Felipe José de Villalobos; después de su retorno, los sediciosos una vez más tumbaron la bandera española.
La Revolución de Oruro de 1781 no tuvo los mismos matices de la insurrección de Túpac Katari y la sublevación de Túpac Amaru, quienes luchaban por la resistencia armada de la raza aborigen.
En cambio, la revolución de Oruro fue una verdadera iniciativa de una guerra para lograr la independencia y constituir una Patria libre.
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