Hay talentos que sin dificultad se aproximan a ejercer una vocación innata, trabajo que les obsequia la vida. Y es precisamente que en estas fechas, cuando hablamos de creadores, diseñadores, de trabajadores del arte y la cultura, dentro de estos forjadores del quehacer cotidiano podemos mencionar al propietario de Sastreria "ALTIPLANO", señor Eliseo Cáceres Aramayo.
Nació un 25 de marzo de 1931 en el Sur de Carangas en la localidad de Andamarca. Desde niño tuvo que pasar vicisitudes que el destino le puso como prueba. Terminó de estudiar el nivel medio en el turno vespertino del Colegio "Juan Misael Saracho", quiso avanzar y aprender más de conocimientos, ese afán le llevó a abrir un paréntesis que dicho sea de paso era una obligación ineludible dentro de su comunidad, permanecer en el cuartel, lo realizó en la Región Militar No. 2 "Camacho" categoría del año 1951. Al estar dentro del ejército, doce meses ya se consideraba parte de la familia castrense.
Al haber concluido con esa experiencia de servicio a la Patria, volvió a Oruro, con una identidad de superación, actitud que manifestó cuando se inscribió al primer curso de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales. Su interés por investigar no obtuvo los logros esperados, por lo que abandonó antes de lo previsto. Su trabajo manual le impedía continuar con la voluntad de extender su tiempo para el estudio, clases, prácticas, disertaciones y exámenes que comenzaron a absorber sus planes, consideró que no podía continuar, a pesar de su persistencia no llegó a cumplir con su aspiración.
En su pensamiento siempre primero está Dios, por lo tanto los deberes con la familia eran un factor primordial, demostrando que la práctica diaria de cortar, hilvanar y coser era un reto. Se perfilaba como el Mejor Sastre de la ciudad, se multiplicaban los pedidos, sacrificio compartido primero con una decena de operarios y luego los hijos, desde niños, repetían su historia, sin embargo tenían oportunidades para el estudio.
Su trabajo es una profesión que él ha labrado, desde los años 60, cuando comienza a confeccionar gorras para los convites de las Diabladas "La Fraternidad", "Ferroviaria" y "Urus", también guayaberas y pañoletas para los ensayos de fin de semana.
Comenta que durante 50 años desarrolló su trabajo proporcionando gorras de fino paño, con detalle por lo mismo estaban muy bien confeccionados. Nos muestra material que desde el pasado año, tiene guardado. A la llegada de la competencia, posiblemente de menos calidad, Don Eliseo señala: "viene el agregado, en el caso de la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada tanto las gorras como las guayaberas, tienen un bordado que los identifica.
También vistió a la sociedad civil tanto a damas como caballeros especialmente con trajes, smokings, abrigos. A los militares, de acuerdo a los reglamentos confeccionaba "Prendas de campaña, servicio, faena, sociedad, parada, etiqueta, gala, capote, colan y otros".
Recuerda que los Colegios y Bandas de Guerra también han asistido a sus prestaciones, especialmente con gorras de tipo militar y francés. En su momento Togas y Birretes para promociones, cobraron vigencia.
Especialmente el Colegio Bolívar desde los años 60 recurría a sus servicios, el uniforme era tradicional, saco cruzado con 4 botones y abertura atrás, hoy el saco es clásico tiene dos botones y sin abertura, se ha adormecido el gusto por la elegancia.
El año 1974, organiza el primer "Desfile de Moda Masculina, con trajes confeccionados para la temporada de invierno" todos los diseños fueron creados por el señor Cáceres, llamado el "Mago de las tijeras".
Aprendió en la escuela de la vida que cada uno debe forjar su destino, logró ser uno de los primeros en prestar servicios como "Sastre Cortador Modelista en la 2da. División de Ejército en Oruro durante 25 años" ininterrumpidos, hasta jubilarse de esa Institución militar.
Sin embargo el señor Eliseo Cáceres todavía sigue con la virtud de asumir su trabajo que ha mermado, pero aún sigue con la post- modernidad, son máquinas, telas, maniquíes, reglas, tizas, figurines, espejos y tijeras, las que llenan su atelier, asiste uno que otro cliente para que le confeccione una prenda de vestir. Antiguos operarios, lograron abrir talleres en la misma calle, todavía recuerda a Juan Flores, tiene su taller en la calle Cochabamba, como seguidor de su maestro, usa una gorra y la confección que realiza, tiene gusto y elegancia.
El año 2001, el diario La Prensa lo reconoció como el sastre más antiguo de nuestra ciudad, desde esa fecha hasta ahora han transcurrido diez años, en los que todavía sigue activo, artesano comprometido con su profesión.
Es frecuente que un artesano enseñe a sus hijos y otros familiares, para que todos consideren y sean dueños de sus propios talleres, es el caso de Eliseo Cáceres, sus hijos desde niños, al ver el trabajo de su padre, se interesaron y prosiguieron para crear y afirmar el sacrificio, cuatro de sus hijos son sastres, se desempeñan en este oficio de los hilos y las máquinas, con el mismo nombre de Sastrería Altiplano tienen sucursales: 2 en Cochabamba, uno en La Paz, y otro en Oruro. La menor de sus hijas estudió derecho, y les colabora a sus padres en la atención a los clientes.
Evaluando al artífice de los diseños y la moda, don Eliseo Cáceres Aramayo es un referente para demostrar las oportunidades en la vida, supo aprovechar con su trabajo y cumplir todas las exigencias en las confecciones. Hoy convertido de un buen citadino, a su edad con alguna dificultad para escuchar, se muestra orgulloso de ser obrero de sus deberes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario