jueves, 9 de febrero de 2012

Cultura de Oruro nace de las entrañas de la tierra

El paseo para entrar hacia el centro de la Tierra obliga a primero ingresar al templo de la Virgen del Socavón cuya imagen pintada recibe a los visitantes.

El Museo Sacro Minero “Socavón” tiene su puerta de ingreso dentro el templo. Es como entrar a cualquier otra mina , por un pasillo angosto y húmedo, se bajan gradas y hay cuerdas e iluminación para asegurar el descenso.

A poco del ingreso lo primero que se observa es la recreación de la leyenda del “Chiru Chiru” que está postrado en el suelo y de fondo está la Virgen del Socavón.

Más allá se encuentra la primera imagen del Tío, es pequeña, rojiza, rodeada de coca y cigarros ofrecidos por los visitantes que cumpliendo con el ritual le piden permiso para ingresar.

“Como los mineros ingresan a la mina a trabajar le piden permiso con las costumbres andinas de ofrecerle coca y alcohol”, explica el guía del museo, Desiderio Ventura.

Durante el recorrido, en pasados días, algunos niños turistas le ofrecieron dulces al Tío entendiendo que había que pedirle permiso con una ofrenda para entrar a la montaña y al no tener ni coca ni alcohol, le ofrecieron sus manjares.

Hay en total tres imágenes del denominado Tío. Según el guía, por lo general, son figuras hechas con greda por los mineros para tener una figura a la cual acercarse para pedir permiso de entrar a la montaña. La figura más grande está hace ocho años ahí, es de yeso y fue hecha por un artesano que baila en una diablada. La imagen de greda, deteriorada por la humedad, tiene 11 años.

Visitar el museo lleva a 150 metros bajo tierra. El olor de las rocas se impregna y acompaña durante el recorrido

Las fotografías y elementos antiguos remontan a la explotación del mineral y la de sus trabajadores, cuando los mineros tenían salarios entre Bs 85 y 90.

“¡Ah! ¿En serio?”, exclama una visitante argentina al oir éste y otros aspectos que denotaban la explotación hasta antes de la Revolución de Chicago en 1886.

El guía del museo cuenta que los mineros ingresaban a la mina los lunes y salían el sábado. Cada uno tenía provisiones que consistían en pito (harina de trigo), agua y algunos otros alimentos que les permitían vivir en la semana, los días miércoles tenía un par de horas para ir a comprar o llevar lo que les faltaba. Después fue modificándose el sistema de trabajo y respetando las 8 horas con tres turnos. “Porque en la mina se trabaja las 24 horas”, aclara Ventura.

LA COPAJIRA El olor de la “copajira” es perfecto para comprender que trabajar dentro la mina por días sin salir tiene consecuencias y dejan secuelas en los mineros como el conocido “mal de mina”.

La copajira es la mezcla de azufre, silicio y calcio que produce una especie de polvillo que al ser aspirado por la gente llega a producir la silicosis o mal de mina, una enfermedad en los pulmones que aqueja a los trabajadores de las minas.

CERCA DEL CARNAVAL En días previos al carnaval la actividad comienza a ser mayor y aunque el recorrido al interior de la mina es el mismo, los turistas, extranjeros o de otras ciudades de Bolivia, que toman contacto con los encargados del museo, pueden conocer más de las prácticas ancestrales.

Ventura explica que por lo general se organiza el “pijcheo”, los turistas se reúnen en círculo cerca a la figura del Tío al interior de la mina y mientras escuchan las explicaciones de los guías mastican la hoja de coca y hacen ofrendas.

Apuntes.

El “Tío” no es el Diablo

Aunque las imágenes son similares a las que se identifican como el demonio (cuernos y cola), el guía del museo aclara que “el Tío de la mina no es el diablo” sino que se trata de una representación hecha por los mineros para tener una figura a quien agradecerle y pedirle permiso para trabajar en la mina. Le llaman Tío porque se hace una relación de parentesco, como si fuera el hermano de la Pachamama (Madre Tierra).

El “Chiru Chiru”

Existen versiones sobre el también Nina Nina. Se dice que su nombre era Anselmo Belarmino y que él se dedicaba a robar y lo que obtenía lo repartía entre la gente necesitada. Comentaban que “tenía una protección divina”. Pero un día, robó a una familia necesitada y fue sorprendido y herido con un puñal. Invocó a su protectora y lo condujo cerca de la mina. La gente que halló el cuerpo también encontró una imagen pintada de la Virgen a la que llamó del Socavón por hallarla cerca de la mina.

La ciudad refleja la “Obra Maestra” del carnaval

La ciudad de Oruro refleja por todos lados, de norte a sur, la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, como la Unesco ha declarado al Carnaval de Oruro el año 2001.

Por todos lados, en las calles y avenidas de Oruro, resaltan las alegorías folklóricas que hacen referencia al carnaval. Las pinturas de caretas y máscaras de diablos y morenos, monumentos y réplicas de danzas folklóricas de Bolivia se exhiben en los paseos.

La avenida Luis Espinal, que conduce a la salida hacia La Paz, guía hasta un paseo de danza hecha monumento. Un diablo, un toba, un caporal son parte de quienes dan la bienvenida a la tierra del folklore donde la presentación, también en monumento, es un casco de minero.

DANZA Afuera del templo del Socavón se encuentra una fraternidad de morenada con jóvenes mujeres que lucen coloridas y brillosas polleras cortas, las cholas tienen polleras largas combinadas con colores vivos y los varones con “barrillitos” (el traje con varios pollerines adornados) y máscaras llamativas. Es la fraternidad que le pone el toque a un video musical de Llajtaymanta. Y es que cerca del Carnaval un grupo folklórico nacional graba su video clip teniendo como fondo el Socavón, además de la avenida Cívica y parte de la ciudad de Oruro que se aprecia desde el mismo lugar.

En las noches, en las calles, se ven grupos de fraternos ensayando distintas danzas para la Entrada del 18 de febrero que en Oruro se caracteriza por la fe en la “Mamita”, como le dicen a la Virgen del Socavón.

Las charlas de jóvenes son en torno al carnaval y reservas de graderías por donde será la Entrada. “Ya me da ganas de bailar cuando escucho morenada”, comentan entre ellos.

Los Arenales, el Sapo y otros símbolos de la leyenda

Atractivos místicos como los Arenales, el Sapo y la Víbora son los símbolos de la leyenda que cuenta que una legión destructora conformada por el Sapo, la Víbora y millares de hormigas buscaba exterminar por mandato de Huari a los Urus acusados de creer en otros dioses “olvidándose de él”, los pobladores de esa región. Pero el poder de una Ñusta los derrotó.

LOS ARENALES La leyenda señala que las hormigas fueron convertidas en arena. Ahora los Arenales es un atractivo turístico que está ubicado en la zona de Cochiraya, al noroeste de la ciudad, no muy lejos del monumento del casco de minero.

El clima frígido y vientos no son limitantes. Las dunas de arena dejan a la imaginación de los visitantes los juegos. Es uno de los lugares preferidos por los turistas para fotografiar.

En época de Semana Santa, estas arenas son la base para artistas que hacen monumentos gigantes alusivos a la fecha religiosa.

EL SAPO Según la leyenda el Sapo fue convertido en piedra. El monumento está en el norte de la ciudad.

Una pequeña plazuela alberga a una piedra que es la representación del anfibio petrificado, la piedra tiene una forma similar a la de un sapo, delante existe un monumento que imita a la figura real del animal.

Se cuenta que en la década del 60 un militar que era autoridad en Oruro hizo explotar en pedazos al sapo petrificado, esto derivó en conflictos y se repuso con el monumento que existe.

En el lugar la piedra parece quemada. Está así porque en los días de carnaval y los primeros viernes de mes las visitas llegan con k’oas a manera de ofrenda.

LA VÍBORA En una colina, en el lado suroeste de la ciudad está la Víbora, Cuentan que la Ñusta partió a la víbora lanzando un rayo y que también la petrificó.

En el lugar se aprecia la imagen que se ve como una roca con forma de víbora dividida por la mitad. La formación rocosa, también por las k’oas, tiene restos de los rituales, las cenizas le dan otra imagen atractiva al lugar.

Hay miradores que permiten observar el otro lado de la ciudad de Oruro, tras del Socavón.

LA VIRGEN La leyenda relata que posteriormente la Ñusta apareció para consolidarse como la Patrona de Oruro y como agradecimiento los Urus habían decidido vestirse de diablos, personificando a Huari, para rendirle pleitesía y convertirse en devotos a la Ñusta que se dice que era la Virgen del Socavón. Y así comenzó la manifestación cultural del Carnaval de Oruro.


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