El comercio en Oruro surge a raíz de la explotación de mineral, poco después de la conquista, España implantó en América un sistema económico basado fundamentalmente en la extracción de metales preciosos. Por tanto, la minería se transformó en la actividad económica central del mundo colonial.
Las minas de plata de Oruro fueron explotadas por pequeños mineros españoles desde mediados del siglo XVI, sin embargo, a principios del siglo XVII se descubrió una nueva veta de mineral casi puro.
Este hallazgo empujó a los pobladores a solicitar tanto la concesión de indios de mita como la fundación de una ciudad. El auge de la minería orureña duró poco tiempo y su producción se basó en el trabajo asalariado.
En ese entendido, se puede decir que los yacimientos de plata ya existían mucho antes de 1535, esto hizo que aquel primer campamento minero se transformara en villa, por el crecimiento poblacional para luego convertirse en ciudad.
Mientras la ciudad crecía también lo hicieron las necesidades de los pobladores, en cuanto a la demanda de alimentos, material de trabajo, ropa, y otras necesidades domesticas, puesto que desde su fundación este fue creciendo rápidamente, se conoce de este fenómeno social por el informe enviado por Diego de Medrano a la Real Audiencia de Charcas, donde daba referencias de la cantidad de familias en la villa.
Estaban asentadas alrededor de 50 familias españolas, incluidos en los 400 iberoaméricos y más de mil indios. El interés que Oruro crezca en población era primordial porque el Rey se veía beneficiado por la extracción de mineral siendo este comparado con lo que se obtenía del Cerro Rico de Potosí.
Así que se dio la orden de contratar a todo foráneo que pidiera trabajo en las minas de Oruro, se cree que en algún tiempo, la población habría llegado a un número de 80 mil habitantes. Pero la necesidad de mano de obra no solo se veía en esta ciudad, también ocurría en Potosí, por tanto existieron reclamos que llegaron a oídos del Rey.
Pero aun así esta ciudad iba creciendo a pasos agigantados, al igual que la explotación de las minas, entre ellas, el Pie de Gallo, la Flamenca, Sora Sora Sepulturas, Paria, Salinas de Garci Mendoza, Berenguela y muchos otros.
Pero luego hubo un tiempo que la plata dejaba de ser un tema principal, esto por los acontecimientos ocurridos por la derrota de las tropas españolas frente a los ingleses, surgiendo la decadencia en el siglo XVIII.
Oruro disfrutó de los placeres de una vida próspera, pero la opulencia fue fugaz, seguido del empobrecimiento, para luego resurgir de las cenizas como el ave fénix y no desaparecer como ciudad.
Oruro desde un principio demostró grandes aptitudes para las artesanías, las manos, pero también primó el comercio, puesto que se tienen referencias de que se importaba cacao para la elaboración de chocolate y dulces, para elaborar estos productos se traía azúcar en maletas, puesto que era imprescindible para la alimentación de la población, aunque este no era refinado como actualmente se conoce.
En Oruro los principales oficios fueron carpinteros, empedradores, silleros curtidores, carniceros, barberos, cajeros, pintores, bordadores, torneros, cerrajeros, plateros, veleros, chocolateros, tinajeros, coqueros, cigarreros, entre otros.
De estos los más organizados fueron los coqueros, bordadores, plateros, solaperos. Más adelante se dicaron a la producción de fibra de ovinos y camélidos para tejer paños, sayales, bayetas, aguayos, llijllas, aplicados en polleras, mantas, blusas, sombreros, gorras, cortinas, colchas, frazadas, cojines, alfombras entre otras.
Existen datos que Paria fue productora de leche de oveja, para fabricar queso, esto también ocurrió en Poopó y Pazña. Pero la sal también fue parte del comercio, ya que se extraía grandes cantidades del Salar de Coipasa y Uyuni.
El comercio desde entonces fue creciendo en todos sus ámbitos hasta llegar a la industria de muchas de las materias primas que no necesariamente se producían en Oruro, pero sí se importaba desde el oriente.
De ahí que las artesanías surgen y el trabajo de los bordadores ocupa una gran parte del mercado local por las actividades culturales que se daban en aquel encontrones.
Algunos de estos comerciantes se fueron organizando, hasta crear organizaciones sólidas que defiendan los intereses de los orureños respecto al desarrollo económico que hasta la fecha se ve relegado, por el oportunismo y la falta de voluntad para generar espacios de exportación con normas internacionales y no perder las mismas por falta de políticas de inversión y fomento a la micro, pequeña y mediana empresa.
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