El peor desastre ecológico del siglo XXI fue la sequía del lago Poopó, porque jamás se había visto millones de peces expulsados del agua y, un año después, desapareció el agua, ante la incredulidad de las autoridades y de la ciudadanía de Oruro.
El investigador de antropología y del medioambiente, Roberto Cáceres, dijo que nunca antes, en la existencia del lago, “se había visto semejante desastre ni siquiera en el siglo XX, cuando también habían etapas críticas, pero reaparecían las lluvias y nuevamente se reactivó el lago”.
El pejerrey apareció en el lago en la década de 1960. Hubo temporadas en que los ejemplares tenían hasta 50 centímetros de largo. El lago era una fuente de ingresos de más de 200 pescadores que vivían alrededor de esa cuenca y que se denominan “los pueblos urus”.
Cáceres dijo que es “el desastre ecológico que debía ser investigado por expertos a nivel mundial, pero desde hace más de un año, cuando se declaró emergencia y desastre al lago, las autoridades del departamento de Oruro solamente se lamentaron del hecho y nunca tomaron en serio el problema”.
Dijo que el propio gobernador del departamento de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, se mostró incrédulo al respecto, cuando se publicó la primera noticia de la desaparición del lago el 13 de diciembre de 2015.
“No hay por qué preocuparse por el lago. Cuando vuelva a llover, se volverá a llenar el lago”, afirmó el gobernador autónomo, pero dos días después, recién reconoció la magnitud del problema y anunció la aprobación de otra ley, para la declaración de desastre a la zona.
Los asambleístas del departamento de Oruro aprobaron la Ley de Desastre del lago Poopó, mofándose de su contenido. La sesión se realizó en medio de “burlas de unos con otros, hasta que el presidente del ente legislativo del departamento de Oruro, Zenón Pizarro, tuvo que pedir un poco de cordura”.
Hubo discusiones sobre los términos del título de la ley departamental e incluso algunos decían que con una ley, “no se volverá a llenar de agua el lago ni se volverá a recuperar la fauna piscícola y fauna silvestre”.
La desaparición del lago Poopó provocó también la muerte de miles de animales silvestres que vivían en medio de la totora y ha deteriorado la economía de los habitantes de la zona.
El gobernador Víctor Hugo Vásquez insistió, días después, que la única solución es esperar a que llueva, aunque “se tenga que esperar 10, 15 o 20 años”, porque la vida del lago tiene ciclos.
Por el momento, lo único que se realizó fue la distribución de alimentos para 300 familias, pero no existe ningún avance para la remediación del lago ni para retomar el curso del río Desaguadero.
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