Extensos barrios de la ciudad de Oruro, que normalmente tienen de 80 a 100 mil personas, estaban vacíos para el día del Censo de Población y Vivienda, porque los inmigrantes han preferido ir a sus comunidades, especialmente al Norte de Potosí, para registrarse en sus comunidades.
La alcaldesa municipal, Rossio Pimentel Flores, explicó que el resultado del censo permitirá establecer con certeza los perjuicios que se han cometido, cuando miles de personas, que viven en la ciudad, días antes se fueron de Oruro, “sin dejarle posibilidades de obtener mayor cantidad de recursos para la ejecución de obras”.
Dijo que durante los últimos años, se han registrado más de 100 nuevos barrios, con diferentes nombres, empezando por la urbanización Ampliación San Isidro, donde viven más de ocho mil familias, que debían estar registradas en el censo, pero se ha podido apreciar que esos barrios “estaban abandonados”.
En algunos casos, dijo, solamente han dejado a los cuidadores. “Eso es perjudicarle a Oruro y provocarle daño económico. De todas maneras, cuando retornen a la ciudad, seguramente seguirán exigiendo obras”, expresó.
Consideró que ese ha sido el problema mayor que ha podido advertir el día del censo.
El comandante departamental de la Policía, coronel Wenceslao Zea O’phelan, confirmó que en la ciudad hubo 52 detenidos, mientras que en Huanuni habían otros 38, pero en el camino a Challapata, se han registrado problemas de la misma naturaleza, con personas que no hacían caso al Auto de Buen Gobierno que impedía el tránsito de personas y vehículos. Allí habían 14 personas detenidas.
Entre las personas que caminaban libremente estaban 16 indigentes y bebedores consuetudinarios. En los barrios periféricos, las tiendas estaban abiertas y los ciudadanos hacían sus actividades con absoluta normalidad, especialmente en la zona de Vinto. No hubo control en esos lugares y el censo empezó recién a las 11:00 horas, con la ayuda de estudiantes de colegio.
Los detenidos recobraron su libertad, después de ocho horas de arresto.
Según el informe de Roberto Alvarez, dirigente de un barrio de la zona Sureste de la ciudad, explicó que muchas casas “no han sido censadas, por falta de formularios; ese hecho fue reclamado a las autoridades del Instituto Nacional de Estadísticas, regional Oruro, pero no han dado ninguna explicación”.
Alvarez dijo que, personalmente, “he acudido a ese lugar, para que efectúen el censo, pero nos han dicho que el censo ha terminado el día anterior y que no se puede hacer ningún registro después del miércoles”.
El director regional del INE, Aldo Cabrera, expresó que el censo ha culminado en la ciudad, con excepción de las poblaciones más alejadas del departamento, que serán registradas hasta hoy, con la participación de efectivos militares que han sido desplazados hacia esas comunidades.
“No hay ni siquiera posibilidades de tabular a otros barrios y se está procediendo a la concentración de los documentos con los datos obtenidos”, afirmó.
La oficina central del censo fue ubicada en el kilómetro 4 del camino Oruro-Vinto. Los funcionarios que terminaban su trabajo, tuvieron que caminar varias horas para llegar a su domicilio, la noche del censo, porque “no se había previsto vehículos para su traslado”.
El conflicto de límites fue advertido en la jurisdicción de Huanuni y de Poopó, dos poblaciones que reclaman su territorio, en la zona de Venta y Media. El ejecutivo de la Central Obrera Departamental, Vladimir Rodríguez, explicó que había personas de Venta y Media que no querían ser censados en el lado de Huanuni.
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