"Vosotros que posáis la planta altivos
entrad aquí por él, dolor cubiertos,
que nunca la algazara de los vivos
ha de turbar la calma de los muertos"
Félix Reyes Ortiz
I. INTRODUCCIÓN
El ilustre historiador Dr. Alfonso Gamarra Durana sobre la tanatología expresaba con absoluta certeza que, "Siendo el hombre la medida de las cosas, puede la capacidad en vida; pero también la muerte tiene la capacidad de cambiar lo externo. En la existencia se puede camuflar la personalidad para bien y para mal, y logrando un porte si este muere, queda ya inmóvil, sin posibilidad de modificación y quizá se llega a verlo de una manera extraña a al que se suponía en vida. Es una aseveración necrofilia, la que permite jugar con las posiciones de los muertos, para que los vivos piensen que lo entienden, cuando, en realidad, son los muertos que han colegido como son los humanos vivos que después del fallecimiento pasan a tener el mismo aspecto que todos los demás. Es que los muertos, porque antes han observado cómo se comporta la humanidad antes de su óbito, se rebelan contra la inmovilidad, y pueden dejar sentada la trayectoria de los vivos que aún se mantienen lejos del camino de las defunciones".
Esta relación entre vivos y muertos se ha mantenido latente y viva en nuestras culturas con mayor énfasis en la nuestra que viene de vertientes de data antiquísima como los urus, aymaras y quechuas, que mantiene inalterable sus raíces enriquecida con insumos culturales del cristianismo desde su presencia en el Collasuyo.
ll. LA MUERTE EN EL CONTEXTO ANDINO
Los pueblos andinos antes de la llegada de los españoles efectuaban prácticas litúrgicas en el mes de noviembre, hecho que es mencionado por Guamán Poma de Ayala en su obra "Nueva Crónica y Buen Gobierno", que indica "Noviembre Aya Marcay Quilla: este mes fue el mes de los defuntos" (sic). Curiosamente, "el mes de llevar difuntos", en el mundo andino coincidía con la festividad de Todos Santos, traído por los españoles, pero a diferencia de estos últimos, la muerte en el contexto andino tiene una serie de ceremonias y rituales, que no pudieron ser extirpadas por la Cruz cristiana, pese a medidas draconianas por considerarlas incivilizadas ya que " la muerte que no es muerte sino el traspaso de la vida materia a la vida espiritual", que tiene insuflo y vitalidad, poderosamente influyentes dentro las relaciones culturales de las comunidades andinas cuya práctica antiguamente a los aymaras, llamados Collasuyos, de acuerdo al cronista Polo de Ondegardo, se les enterraba con la mejor ropa nueva, vajillas de oro y plata, así como comida y bebida, porque "Creen que las almas de los difuntos andan vagas y solitarias por este mundo padeciendo hambre, sed, frío, calor y cansancio que las cabecas de sus difuntos o sus fantasmas andan visitando los parientes, ó otras personas en señal que han de venir algún mal. Por este respecto de creer que las ánimas tiene hambre ó sed, ó otros trabajos, ofrecen en las sepulturas chicha y cosas de comer y guisados, plata, ropa, lana y otras cosas para aprovechar a los difuntos; por esto tienen tal especial cuidado de hacer sus aniversarios". (sic)
"En la visión andina morir es salir de viaje, emigrar a otro lugar a un mundo diferente que al mismo tiempo, queda tan cercano y es a veces atrayente, que logra perturbar la vida de los vivos" o también, "morir en los Andes es mudarse a otro piso ecológico, sin por eso perder toda relación con la comunidad de origen y que según los yatiris aymaras el hombre o mujer tiene cinco almas: "El ajayu", "el anima", "el jañayu", el "qamasa" y el coraje. El más importante de ellos es el "ajayu", alter ego del hombre, es decir su sombra o alma, sustancia espiritual e inmortal que de acuerdo a la tradición popular en el momento de la muerte las tres almas se presentan ante Dios y regresan a la tierra a compartir con los suyos en el día de los difuntos.
En ese orden, la convicción andina de que el Ajayu o Anima, requería oblaciones de sus seres queridos y como retribución otorgar los dones de la savia naturaleza en el periodo del Jallupacha es decir periodo de lluvias. Dentro el calendario agrícola, el periodo de lluvias o JALLUPACHA, es considerada tiempo sagrado, cuyo inicio, se celebra con la llegada de los muertos, y luego, vendrá inmediatamente la ANATA o ritual a la primera floración de las cementeras agrícolas, definiendo una estrecha relación entre festividad de Todos Santos y el inicio del "Miskha carnaval", carnaval temprano, donde el Ajayu, como espíritu animado, retornará del Mankhapacha, (mundo del subsuelo), convertido en "Sajra" o alma maligna-benigna. Es decir la existencia de espíritus ambivalentes, como supaya, diablo y auka, invocado como autor de grandes calamidades, traerá desgracias, así como la regeneración de la tierra, tal como lo conciben, hasta ahora los LAIMES, QAQACHAKAS, JUKUMANIS y otros, identificando con los muertos responsables del ciclo agrícola".
lll. LA FUNDACIÓN DE ORURO EN EL DÍA DE TODOS SANTOS.
Con relación al periodo prehistórico el sitio de la fundación de Oruro estaba abrigada y cubierta por la Serranía Sagrada de los Urus, donde existían las "huacas sagradas", es decir enterratorio de los "chullpas" cubiertos de paja y tejido mortuorio en los huecos de los cerros e inclusive en el suelo rodeado de espinos y yareta. Resulta sugerente que precisamente el día dedicado a los difuntos Todos Santos, el Oidor, Castro Castillo y Padilla haya dispuesto la fundación de la Villa de San Felipe de Austria, pudiendo haberla realizado antes o después, de esta fecha cúltica puesto que su presencia en la Villa de San Miguel de Uru Uru, venía de varios meses atrás desde Charcas y que, además, desde mediados de 1550, ya estaban en estos lares los primeros españoles sobre los asentamientos primigenios de los Urus.
No es desdeñable entonces la hipótesis que, como se sigue observando, en nuestros días, los Uru-chipayas ,aymaras y quechuas, tienen reverencial respeto a sus difuntos, con quienes comparten y regocijan entorno a las tumbas, en medio de la prodigalidad de comidas y bebidas, como gustaba en vida al fallecido(a). Por tanto, es creíble sustentar que esta fecha de compartir entre familiares, amigos y el homenajeado (a) llamó poderosamente la atención de los españoles y engarzar la fundación de Oruro, el 1 de noviembre del año 1606.
Sobre el particular Ángel Tórrez Sejas indica: "Concluida las tareas de inspección de minas, ingenios y poblado, verificación, compilación de datos diríamos técnicos y urbanístico para fines del mes de octubre, en fecha 29, el Auto de fundación señalándola para el día de Todos Santos, primero del mes de noviembre de este año, siendo de imaginar el contento de los dueños de minas y familiares, de comerciantes, estantes, y nativos".
En una parte del auto de fundación indica:
"Mando Hacer la dicha población e fundación en la parte i lugar en que las personas vinieron a labrar las dichas minas han hecho más de ciento i cincuenta casas de su vivienda por ser la más comoda de cielo, suelo i temple que hai en el paraje á donde se descubrieron i están las dichas minas, i al nacimiento del sol que todo el día le baña i calienta, arrimado a los cerros de ellas que le cercan en formas de media luna i abrigan de los vientos que corren sin resistencia en esta provincia" (sic)
IV. LAS IGLESIAS COMO CEMENTERIOS COLONIALES
La presencia española en América colonial dispone su profilaxis educativa de cristianización jesuscristiana al extremo dogmático, que penetra los más recónditos eslabones del psiquismo nativo en proceso aculturizador cuyo objetivo supremo constituía estar en gracia de Dios, lidiando para romper sus prácticas añejas de culto a los difuntos que constituían parte del panteón en el santoral cristiano.
Sus fieles devotos españoles, criollos y mestizos, cristianos irredentos bajo los estandartes particularmente de "Tata Santiago", Arcángel Miguel, y la virgen María buscaban la gracia divina del mas allá por ello sus ansias de gozar del paraíso a la diestra del Padre celestial, motivo por el cual al morir con y sin testamento eran enterrados dentro la iglesia, los togados y quienes se consideraban de prosapia y abolengo, los más eran enterrados en el atrio de la iglesia (patio), que constituían en los primeros cementerios coloniales, porque "…al establecer la iglesia la conmemoración de los santos difuntos y rogar por las almas del purgatorio, ha contribuido para que el indio crea que se trata del culto de sus venerados muertos y por ello, sin omitir ningún sacrificio ,manifiesta en todas estas fiestas o ceremonias, fervor y fanatismo para celebrarlas", y con mayor razón los peninsulares, criollos y mestizos que con fe ciega esperan la resurrección de los difuntos en el juicio final.
La práctica de los enterramientos dentro los templos y conventos coloniales de Oruro como en las iglesias Matriz, Santo Domingo, San Francisco, La Merced, San Miguel y otros, a la postre obviamente, fuera del hacinamiento se constituían en focos de contagio de epidemias que tuvieron que ser prohibidas dichos entierros poco después de la fundación de la república y la aparición de los camposantos.
V. EL CEMENTERIO GENERAL DE ORURO
Oruro, producto del incesante proceso migratorio, campo-ciudad, amortigua valores culturales de rancio atavismo, amalgama bajo el yunque católico que a la postre significa una especie de renacimiento del Ayllu, en la ciudad, pero enriquecida con nuevos patrones citadinos que le dan peculiaridad e identidad particular, cuyas costumbres y tradiciones esenciales han remontado al tiempo y espacio, siendo una de ellas rituales tanatalógicos, donde a principios del Siglo XX, atraídos por el boon minero llegaron colonias de extranjeros que coadyubaron en la modernización de la ciudad entre ellos los espacios denominados: cementerios, panteones, o llamados también camposantos, que según el arquitecto David Bravo Mendizábal "son espacios llenos de belleza, en el manejo de los estilos arquitectónicos y constructivos, convirtiéndose estos con el transcurso de los años, en verdaderos iconos del patrimonio urbano arquitectónico, que en la actualidad, son museos al aire libre, un ejemplo de aquello es el Cementerio General de la ciudad de Oruro. La calidad de una ciudad se fundamenta en el equilibrio y ordenamiento de sus plazas, calles y edificios que se elevan a la condición de obras de arte -prosigue- es necesario entender el espacio de un modo simbólico en el hábitat, de modo tal que la ciudad deviene arquitectura, los cementerios, son contenedores de nuestra identidad cultural. Es así como la arquitectura funeraria, pasa de la categoría de patrimonio material, a la de patrimonio espiritual de la sociedad, generando un espacio de fuerte sabor simbólico; convirtiéndose en verdaderos monumentos, que con todos sus componentes representan un espacio urbano simbólico. El concepto de espacio e identidad cultural son ideas complementarias e íntimamente ligadas a la vida social".
VI. EL CEMENTERIO ACTUAL DENTRO EL DESARROLLO URBANO DE ORURO
Indudablemente, el periodo de oro del desarrollo de la ciudad de Oruro, que la década de 1900 a 1910, que merced a la explotación extraordinaria y subida de precios de los minerales modificó el estatus urbano con la presencia de cientos de extranjeros dedicados a varios rubros económico – financieros, sacudido del letargo a los lugareños con innovaciones de real envergadura como la presencia del alumbrado eléctrico de sus calles, la arborización de plazas, parques y calles, la pavimentación de sus calles, la circulación de tranvías, el servicio de teléfonos, la presencia de casas bancarias, de hoteles y muchas firmas importadoras y exportadoras.
En ese marco el historiador Ángel Torres Sejas ratifica: "entre los otros municipios en ejecución se tiene la pavimentación de las calles de las dos plazas, la construcción de un hospital, mercado muy próximo a la Iglesia Santo Domingo, matadero, cementerios, locales escolares….". Por lo transcrito se colige que la remoción y creación de nuevas infraestructuras, como la inauguración del Teatro Municipal de bella factura así como la modernización del Cementerio General más fueron parte de los actos de homenaje por el extraordinario cosmopolitismo de Oruro que exige modernizar y desarrollar sus situaciones como la creación del hogar eterno de los mortales en el campo santo orureño obligados además por el tricentenario de la ciudad".
En síntesis los actos conmemorativos del tricentenario de fundación de Oruro el 1.de noviembre de 1905 promovieron la modernización de nuestra ciudad entre ellos nuestro Cementerio General que es un icono patrimonial junto a otros mausoleos y particularmente del Mausoleo de los Notables único y de gran riqueza de la historia de Oruro por sus ilustres hijos avecindados y propios que dieron y dedicaron sus actos como legado postrero para nuestra tierra, convertidos en "ajayus" o animas que nos visitan cada 1ro. de noviembre. He ahí la Festividad de Todos Santos y la fundación de la Real Villa de San Felipe de Austria e1 1ro. de noviembre de 1605,hoy con su nombre genuino, Oruro.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. GAMARRA, Alfonso
2009 "En el caos del espíritu",(Narraciones),Oruro, Ed., Grafica Andina.
2. BRAVO ,David
2004 "La Ultima Casa, Cultura y el dinero", conferencia en CATEDRA UNESCO, organizada por la UTO.
3. OMISTE, Modesto
1981 "Crónicas Potosinas", T.1, Potosí, Ed. El Siglo Ltda.
4. LLANOS, Luis
1985 "Estampas antigua de La Paz", La Paz-Cochabamba, Ed., Los Amigos del Libro.
5. PAREDES ,Rigoberto
1995 "Mitos, Supersticiones y Supervivencias Populares de Bolivia", La Paz, Ed., ISLA.
6. REVOLLO, Antonio
2012 "La muerte que no es muerte en el mundo andino", en el libro Genealogía y Folklore, Oruro, Ed., Latinas Editores.
7. TORREZ, Ángel
1994 "Oruro en su historia", La Paz, Ed., Juventud.
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