domingo, 12 de julio de 2015

Luis Ramiro Beltrán, revolucionario y maestro de la comunicación mundial

Murió el hombre de las ideas revolucionarias que reformularon las teorías comunicacionales en el ámbito mundial: el orureño Luis Ramiro Beltrán Salmón.
Ayer se dio a conocer su fallecimiento a causa de complicaciones pulmonares, terminando así con una vida plena de aportes al campo de la comunicación.
Comunicación democrática
“Ha sido uno de los hombres más preclaros del país, de Latinoamérica y del mundo”, manifestó la periodista y amiga cercana Sandra Aliaga en referencia a la visión que él tuvo de la comunicación democrática en la década de los años 70 con el planteamiento de ideas revolucionarias, las que mantienen su vigencia hasta el día de hoy.
Aliaga destacó la visión que Beltrán tuvo (también en esa década) de la decolonialidad y la descolonización de la comunicación, y sus varios e importantes aportes en los planos académicos, políticos, sociales y humanos, los que a su juicio planteó y desarrolló con valentía y pasión.
Comunicología de la liberación
“Ha sido el mayor comunicólogo que ha tenido Bolivia”, destacó el comunicador Erick Torrico.
Sostuvo que fue uno de los fundadores del campo académico de la comunicación en Latinoamérica a través de aportes sintetizados en reflexiones, investigaciones, propuestas y actividades en comunicación y desarrollo, comunicación y democracia y de investigación comunicacional, teniendo como sus propuestas más destacadas a la comunicación horizontal, las políticas nacionales de comunicación y el Nuevo Orden Informativo Internacional, cuyos principios y guía fueron la descolonización, el antimonopolismo y el antiimperialismo.
Torrico valoró la labor de Beltrán en la comunicología de la liberación, la que proyecta que desde Latinoamérica se debe conceptualizar, investigar y ejercer la comunicación en términos de acceso, diálogo y participación, pero también con rigor metodológico, honestidad intelectual y compromiso.
Periodista apasionado
Aliaga destacó la faceta periodística de Beltrán, en la que lo calificó como “un gran maestro”, ya que poseía la pasión de relatar la realidad de manera integral, seria y transparente para que los usuarios finales de esa información puedan tomar sus decisiones.
Recordó que él “perseguía la honestidad a rajatabla” y que era un perfeccionista, cualidades que aplicaba a sus propuestas de una comunicación plural y su promulgación de las capacidades de la comunicación para acercar a la gente en vez de alejarla.
Trabajador ejemplar
El periodista e ícono de la radiodifusión nacional Mario Castro recordó a Beltrán como un amigo y colega, así como a un trabajador ejemplar.
Mencionó que a principios de la década de los años 60 se llevó a cabo el Primer Seminario Nacional de Comunicación Educativa, organizado por Beltrán, en el que Castró fungió de codirector.
Indicó que en la ocasión se organizaron conferencias, talleres y otras actividades tanto de carácter teórico como práctico a lo largo de más de tres meses.
Para elaborar los materiales del seminario, Beltrán debía amanecerse trabajando en su casa, pero esta entrega y dedicación se contagiaba a Castro y otros participantes, los que animosamente se desvelaban preparando lo necesario para el día siguiente. Castro rememora a esta actitud infatigable como el mejor ejemplo que pudo recibir de él, sin que Beltrán siquiera se hubiera propuesto hacerlo, otorgando así un ejemplo de vida.

Un Premio Nobel de la comunicación

A lo largo de su carrera, Luis Ramiro Beltrán recibió varias distinciones, entre ellas el Premio Nobel de la Comunicación.
Se trató de la primera versión del Premio McLuhan-Teleglobe, en 1983, distinción mundial de comunicación. Además de este reconocimiento, también se le otorgó el Cóndor de los Andes por parte del Estado boliviano, entre otras distinciones nacionales e internacionales.
Beltrán nació en Oruro, en 1930, se inició como periodista a los 12 años en el diario La Patria, posteriormente destacó en el matutino La Razón, fundó el semanario humorístico Momento y radio El Cóndor.
Fue el primer guionista profesional del cine boliviano, habiendo escrito a mediados de 1953 para el director Jorge Ruiz el guión de Vuelve Sebastiana.
En el ámbito de la función pública, ocupó la presidencia de la ex Corte Nacional Electoral (hoy Tribunal Supremo Electoral).
Desarrolló una carrera como especialista en comunicación para el desarrollo, trabajando en organizaciones internacionales como Ciespal, en Ecuador; ILET, en México; IPAL, en Perú; OPS, en Estados Unidos y Colombia; Unicef, en México y Colombia, y Unesco, en Francia, Túnez, Perú, Panamá, Colombia y Guatemala.

Gobierno expresa pesar por el fallecimiento

El Gobierno de Bolivia lamentó la pérdida irreparable del periodista y comunicador orureño Luis Ramiro Beltrán.
El presidente Evo Morales y su equipo de ministros hicieron llegar a la familia del intelectual boliviano su más sentido pésame.
Un comunicado de prensa del Ministerio de Comunicación valoró la obra comunicacional de Beltrán como “un aporte invaluable a la academia”, destacándola como una guía imprescindible para “quienes asumieron la noble labor de comunicadores”.
El Gobierno nacional, así como la Asamblea Legislativa Plurinacional, destacó en su momento la trayectoria del periodista orureño. En 2014, la Cámara de Diputados le otorgó la Medalla al Mérito Democrático Marcelo Quiroga Santa Cruz como justo reconocimiento a su vida profesional en favor del conocimiento y la formación de nuevos y buenos profesionales.
“La ética periodística, el compromiso y su pasión por las teclas llevaron a Beltrán a producir importantes escritos que ya son parte del currículo académico nacional y latinoamericano. Su célebre Con la tinta en las venas así lo muestra y resume en gran medida su vocación formadora y altamente creativa.
“Los hombres de la comunicación sienten el dolor de esta partida que deja un vacío imposible de cubrir”, concluye el comunicado.

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