miércoles, 29 de junio de 2016

Noche fría en Oruro con nevada incluida

"Frío, mucho frío", era el comentario generalizado de la población orureña en las oficinas, tiendas comerciales, mercado, vehículos públicos, medios de comunicación y hogares. Las personas estaban más abrigadas que de costumbre, porque ayer amaneció nublado, presagio de que la naturaleza haría su papel, en invierno.

El día transcurrió casi igual, sin cambios, cielo encapotado con posibles precipitaciones pluviales, pero aquello no ocurrió. Aunque se reportaban de algunos sectores del departamento de Oruro, como Pisiga, que la nevada se apoderaba de sus poblaciones.

Incluso se supo que la frontera con Chile fue cerrada por un par de horas, debido a la intensa nevada que había en el kilómetro 121 de aquel vecino país. Luego todo volvió a la normalidad, aunque el frío era crudo, como la estación invernal.

Pasaron casi 23 horas del 28 de junio, cuando comenzaron a caer los primeros copos de nieve en la Alta Tierra de los Urus. Aquel hecho llamó la atención de inquietos ciudadanos, quienes a esa hora salieron de sus casas a las calles o a sus puertas, a fin de sentir el rico frío quirquincho con una escena que solo pasa entre una a tres veces al año, según las circunstancias.

Su prodigiosa presencia callejera encendió las redes sociales con imágenes y comentarios de toda naturaleza, desde alegría por vivir un momento inolvidable, hasta tristeza en solidaridad con los canes callejeros, que en estos casos, son los más afectados por el clima.

NIEVE

Era la nevada, blanca en medio de la noche, que comenzaba a pintar a la ciudad de blanco. Entre las 23:00 a 00:00 horas la caída de los copos fue intensa, lo que hacía presagiar una noche blanca, cual si fuera Navidad en el Polo Norte.

Los techos ya estaban blancos, las calles de igual manera, los parques estaban adornados por la madre naturaleza a su manera, sin presencia de humanos que destrocen su obra y así transcurría la noche. Los vehículos, pocos en circulación debido a la hora, llevaban en los techos y el capó, la fría nieve.

Los motorizados estacionados en algunas calles, también lucían ese panorama, era como si el destino quisiera enterrarlos por su letargo citadino.

Lo que parecía una emocionante noche blanca, pintada con colores bajos de anaranjado en el cielo, en medio de una mezcla de neblina y frío intenso, cambiaría durante los primeros minutos de hoy. Los intensos copos de nieve fueron perdiendo cuerpo y se volvieron en diminutos, casi imperceptibles personajes nocturnos que destrozaban sin remedio alguno los promontorios blancos de la nevada.

Pese a esa situación hasta el cierre de la presente edición, la nevada continuó, aunque tenue. Los más optimistas forzaron con su mente que la noche mágica de blancura absoluta se traslade al día, para tener una ciudad pintada de ese hermoso manto blanquecino, que solo el invierno puede ofrecer a los orureños.

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