El monumento fue construido en 1943, poco después de la Guerra del Chaco, cuando se presentó un período crítico, por la pérdida de miles de vidas de aquellos jóvenes que fueron a la contienda y que nunca más volvieron a su tierra natal o a pisar los arenales.
El pasado jueves se realizó una celebración religiosa en el mismo lugar, con la presencia de los vecinos que, a pesar de estar en la cima del cerro, construyeron sus casas con esfuerzo propio y para desafiar las inclemencias del tiempo, especialmente de la época de invierno.
La presidenta del Apostolado de la Oración Sagrado Corazón de Jesus, Cinda Rocha de Vargas, dijo que el 12 de junio tiene importancia para los fieles católicos, porque se trata de una fiesta religiosa dedicada al Corazón de Jesús, a quién nos “entregó su corazón, su espíritu, para que vivamos en armonía”.
Dijo que el monumento es una imagen muy antigua que se encuentra en uno de los cerros principales de la ciudad de Oruro y que, desde hace mucho tiempo, se ha constituido en un mirador especial, porque desde ese lugar se puede admirar los cuatro confines de la tierra.
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús se debe a Santa Margarita de Alacoque, a quien Jesús se le apareció con estas palabras: “Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor, pero lo que traspasa mi corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio”.
Desde 1943, el monumento al Corazón de Jesús es visitado por miles de personas, especialmente por fieles católicos y también, por evangelistas que hacen romerías en la madrugada de la Semana Santa, pasando, poco a poco, las imágenes de las doce estaciones de la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Para subir al lugar, existe una gran cantidad de gradas, pero para descansar, también existen réplicas de las doce estaciones que tuvo que recorrer Jesús, antes de ser crucificado, hace más de dos mil años.
Los vecinos que viven en los alrededores del monumento relatan que todos los días hay personas que llegan hasta ese sitio y con profunda fe empiezan a rezar el Padre Nuestro y el Ave María y, algunas, derraman lágrimas, mientras que otras, para pedir perdón por los pecados, caminan de rodillas a su alrededor.
Después de cumplir esa devoción, las personas se van, totalmente tranquilas, en paz con su conciencia. Mientras que otros, dejan cartas en la gruta que se encuentra en los pies del monumento. Nadie se anima a sacar las cartas, pero expresan una profunda fe en el Corazón de Jesús.
El cerro tiene la singularidad de estar el centro de una ciudad que ha crecido enormemente. Desde ese lugar, se puede mirar la mina de San José, que queda al Noroeste, o está mirando el Sur, se puede admirar el espejo azul del famoso Lago Uru Uru y un poco más allá el Lago Poopó, en la gran planicie que tiene el departamento de Oruro.
El Corazón de Jesús no compite, obviamente, con el nuevo monumento de la Virgen del Socacón, que ha sido construido a 3.845 metros sobre el nivel del mar y tiene una altura de 45.4 metros, y donde se pretende construir un teleférico, para conectar la parte baja del Santuario del Socavón, aunque en el futuro se ha anunciado que también se podría continuar el segundo tramo desde el Santuario del Socavón hasta el Corazón de Jesús.
ESCULTURA HISTÓRICA
Según el historiador Fabrizio Cazorla, “la escultura del Corazón de Jesús fue transportada en un coche de carga desde Buenos Aires y la población (de Oruro) le dio la bienvenida asombrada por los tres metros y medio de altura de la imagen que luego fue colocada en el pedestal edificado en el cerro Cerrato”.
El recorrido por las calles era un acontecimiento especial. Había una concentración de miles de personas que dieron la bienvenida a aquella imagen que hoy forma parte de la historia de Oruro.
Un metro más abajo del Corazón de Jesús, se encuentra un estanque de agua, el primero construido en Oruro y que en 1914 empezó a servir para la distribución de agua dulce para la ciudad, líquido que era traído por tuberías desde las famosas vertientes de Cala Cala, que siguen en funcionamiento, pero que el caudal ya no alcanza para más de 300 mil habitantes que tiene esta capital.
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