Caminar por la avenida Villarroel es por demás placentero, no solo por el paisaje que proporciona el lugar, sino por la naturaleza que la rodea, árboles y las jardineras que le dan un ambiente a frescura.
Sin embargo, el detalle que más llama la atención son las alegorías que existen desde las calles 6 de Octubre hasta la Pagador. Querubines con motivos marinos, conchas gigantes y peces que hacen transportar la imaginación a dimensiones desconocidas.
Allí también hay una especie de plataforma muy visitada por parejas de enamorados o se convierte también en centro de reuniones, principalmente para los estudiantes del colegio "Jesús María". Es además un sitio de encuentro de amigos. Allí se practican algunas artes como el teatro o la danza.
Antes de llegar a la calle Pagador, está el busto de Gualberto Villarroel, quien fue presidente de la República de Bolivia entre 1944 y 1946. Murió brutalmente asesinado en el Palacio de Gobierno el 21 de julio de 1946, luego su cuerpo fue arrojado por uno de los ventanales y ahorcado sin vida en uno de los postes de luz de la Plaza Murillo.
Villarroel nació en Villa Cochabamba el 15 de diciembre de 1908. Ingresó al colegio militar en 1925. En la guerra del Chaco fue jefe de claves con asiento en Villamontes. Actuó en Cañada Strongest, Huirapitindi e Ibibobo. También estuvo en la defensa de Villamontes. En 1935 fue ascendido a capitán. Llegó a la presidencia a los 35 años mediante un golpe de estado que derrocó a Peñaranda.
Fue conocido como el presidente de los desposeídos por sus constantes visitas a los hogares de niños.
Los orureños para rendirle tributo erigieron un busto del Presidente en esta avenida. Así es la Alta Tierra de los Urus, mezcla de historias, tradiciones y fantasía.
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