En diferentes puntos de la ciudad, a tempranas horas de la mañana se advierte la presencia de personas que junto a dos o tres jumentos se asientan en lugares estratégicos y ofertan la conocida leche de burra, que según ellos, inmuniza al cuerpo de los resfríos y protege los pulmones y riñones, el costo de cada vaso con el lácteo varía de 5 a 12 bolivianos.
Al margen de la comercialización de este producto, el reclamo de vecinos y transeúntes, se centra en que estos animales se encuentran en pleno centro de la ciudad, ocasionando un mal aspecto estético a la urbe, además que los animales hacen sus necesidades en vía pública, a vista y paciencia de sus dueños.
Los lugares preferidos de estas personas son la Terminal de Buses, la avenida 6 de Agosto, el mercado Kantuta, mercado Abaroa y calles aledañas al mercado Roberto Young, en sus días habituales de feria.
Según la Ordenanza Municipal número 87/2008 en su Artículo primero reglamenta que: "Se prohíbe terminantemente el ingreso y asentamiento de los dueños junto a sus animales de carga (burros y otros) en calles que rodean a la Terminal de Buses, arterias aledañas a ésta, asimismo a la avenida 6 de agosto hasta la calle Bolívar y adyacentes".
La norma también señala en su artículo segundo, que las personas que infrinjan esta Ordenanza serán pasibles a sanciones de 150 bolivianos en una primera ocasión y en caso de reincidencia 200 bolivianos.
El artículo tercero de esta Ordenanza señala que: "Quedan encargados del cumplimiento de la presente disposición el Ejecutivo Municipal a través de la Unidad de Defensa al Consumidor, debiendo para el mismo designar cuadrillas de control para cada día con la creación de una comisaría municipal en la Terminal de Buses".
La Ordenanza Municipal está firmada por la entonces presidenta del Concejo Municipal Gloria Romano y promulgada por el alcalde de esa época y actual burgomaestre, Edgar Bazán Ortega.
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