Los orureños que estuvieron presentes en diferentes puntos de la ciudad y del departamento, renovaron sus energías esperando con sus palmas hacia el sol, los primeros rayos, y junto a ellos dar la bienvenida al Año Nuevo Andino 5521.
En la ciudad esta tradición está tomando fuerza, por lo que varios grupos de personas, se concentran en lugares como el cerro de la Víbora, en el sector de Chusaqueri, y el cerro Qori Qancha, y a modo de esperar el momento en que sale el "Tata Inti" (sol), interpretan música autóctona, y algunas personas bailan alrededor de las fogatas que se encienden para mitigar el frío de la madrugada.
En el cerro Qori Qancha estuvieron diferentes grupos, entre ellos Sartañani, quienes tienen como guía espiritual a "Mama Matilde", una yatiri anciana, que pese a su edad, continúa con el vigor para subir uno de los cerros más altos de Oruro, y reunir a sus acólitos para agradecer a la Pachamama por todas las cosas brindadas y pidiendo suerte y abundancia para el nuevo año.
Antonio Magne, autoridad de los Sartañani, explicó: "Lo esencial es recibir las energías del sol para todo el año, entonces en base a esas energías es que una persona está bien todo el año, es nuestro año nuevo nuestra fiesta, y agradecemos con una ofrenda de mesas, en las que los elementos más importantes son el sol y la luna", señaló Magne.
Desde la cosmovisión andina ayer comenzó una nueva cosecha y un nuevo año, por ello se pide que todo vaya bien.
Otro integrante de Sartañani, Cristian León, indicó que este ritual se cumple ya hace más de 20 años y que en principio iban al Corazón de Jesús, pero que las enseñanzas de mamá Matilde, hicieron que hoy se reúnan en el Qori Qancha que significa "canchón de oro", pues se cuenta que antes se encontraban pepitas de ese metal precioso.
"Nosotros, los que creemos en la cosmovisión andina, le damos un sentido especial a este momento, recibimiento de los primeros rayos en este nuevo ciclo estamos con el Willca Kuti, es decir el retorno del sol, y de esa manera llevamos este ritual acompañados de nuestra yatiri Mamá Matilde, quien nos contó que aquí habían batallas en la época de los incas, hay una investigación tremenda", expresó León.
No importó el intenso frío, el cansancio de subir esa cuesta empinada, no hay sueño, sino sólo las ganas de que el sol bañe con sus rayos a los creyentes quienes luego de gritar "jallallas" se abrazaron deseando "que sea en buena hora".
Además de la música, masticaron coca, fumaron cigarrillos y tomaron mates calientes. Antes que saliera el sol hicieron sus ofrendas con mesas dulces, acompañadas de rituales, llamando a la suerte, salud y abundancia.
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