La hinchada, es a veces implacable, renegona y hasta mal hablada, para exigir a los 11 seres humanos, que deben confiar en su destreza respecto al manejo del balón de fútbol, para satisfacer el deseo de ganar y situar al equipo santo en los lugares privilegiados de la tabla de posiciones en la Liga Profesional del Fútbol Boliviano.
Toda forma de manifestación es valedera para mostrar el sentimiento hacia este equipo minero, que tiene el respaldo de su hinchada en las "buenas o en las malas". "Donde quiera que tu vayas, ahí estaré…", dice una morenada dedicada al club "santo", y esa es la consigna de la hinchada.
No importa si hace, viento, frío, llueva o haga calor, los fanáticos del representativo orureño, desde muy temprano se instalan en las graderías del estadio para escoger la mejor posición, para apreciar el fútbol y alentar a su equipo.
Son estos miles de hombres y mujeres, niños, jóvenes, adultos y ancianos que mantienen viva esa pasión. Mientras los 11 hombres (diez jugadores y 1 arquero) son protagonistas del certamen deportivo; los hinchas, sufren o gozan a pocos metros.
En las graderías se puede apreciar, una especie de empapelado de blanco y azul, en una multitud, que con orgullo luce alguna indumentaria que identifica a San José. Un paseo por este espacio, es para respirar casi siempre un aire de "vibra positiva".
ICONOS
Existen íconos únicos como la Sra. Melva Ramos que se podría decir es la precursora en introducir los humos de colores para amenizar la fiesta deportiva que se vive particularmente en el "Jesús Bermúdez" y hasta en algunos escenarios deportivos de otras ciudades. Así ella con todo entusiasmo presentó una innovadora forma de aliento a los jugadores que luego se hizo una práctica masiva.
Otro personaje es el "diablo" Richard Flores que se encarga de amenizar al público luciendo la incomparable careta que identifica a la diablada y con total emoción grita, baila y canta apoyando al "santo".
Una mención especial para la barra identificada como la "Temible", su nombre lo dice todo, su sola presencia ya es noticia, más aún cuando San José juega de visitante. La "Temible" ya es toda una institución y ser parte de ella es un orgullo. Este entusiasmo también es compartido por los "Húngaros", que apostados en la curva Norte, tampoco paran en el aliento. Los "Quirquigans" también hacen historia.
ANÓNIMO
Pero más allá de estos personajes íconos, está el anónimo y fiel hincha que sin buscar ningún protagonismo, vibra y sufre o se alegra a lo largo de los 90 minutos de la contienda deportiva.
Ellos, en silencio practican cábalas, ofrecen oraciones y hasta otros ceremoniales como las k’oas para pedir por un buen resultado en el partido. Algunos incluso llevan amuletos a los que le atribuyen la buena suerte, como es el caso de un joven que en cada encuentro se apuesta en la gradería junto a su mascota, un conejo para quien también mandó a confeccionar una especie de polera del equipo "santo". No se descarta la participación de las afamadas bandas de música.
EN LAS AFUERAS
En las afueras del estadio otros son los protagonistas de la historia que forma parte del conjunto festivo. Ellos y ellas desde muy temprano se asientan en sus puestos de venta, particularmente de objetos y prendas de vestir que son adquiridos para amenizar la fiesta en el estadio.
Poleras, gorras, arlequines, sombreros, cintillos, posters, además de artículos sonoros son los de mayor demanda.
La actividad económica se expande también a favor de quienes venden comida o bocadillos para el refrigerio del fanático que pasa minuto a minuto con los "nervios de punta", augurando un buen resultado.
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