Oruro vivió la jornada más violenta con el enfrentamiento entre mineros, haciendo explotar dinamitas, y los policías utilizando gases lacrimógenos que pretendían dispersar a los primeros, pero los trabajadores continuaban reagrupándose en las esquinas, alrededor de la plaza 10 de Febrero, para reclamar la libertad de nueve personas detenidas.
Los mineros se encontraban toda la mañana en la puerta de la Gobernación. La vigilia se había instalado días antes, esperando la libertad de los detenidos, en medio de una tensa negociación entre dirigentes de la Central Obrera Boliviana, Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, Derechos Humanos y las autoridades de la Policía Nacional.
El dirigente de la Federación de Mineros, Teodoro Astete, dijo que no se permitirá el traslado de los detenidos a La Paz, porque “pretenden encarcelarlos por caso de terrorismo y eso no podemos permitir y vamos a continuar en las calles, hasta lograr la libertad de todos”.
Jhonny Zanabria, dirigente de la Central Obrera Departamental, dijo que se está reclamando por todos los detenidos y no únicamente por la atención al pliego de la Central Obrera Boliviana. “Entre los detenidos se encuentra nuestro ejecutivo de la COD, Vladimir Rodríguez, con denuncias inventadas por los policías y fiscales”, dijo.
Miles de mineros se encuentran en Oruro. A cada momento, se hacen explotar dinamitas, para llamar la atención de las autoridades policiales y fiscales que toman declaraciones de los detenidos, para imputarles por la supuesta comisión del delito de terrorismo, al haberse efectuado un daño en una parte del puente de Caihuasi, hace tres días.
Los dirigentes de la Federación de Mineros continuaban dialogando con las autoridades para encontrar una salida al conflicto. El ejecutivo, Miguel Pérez, dijo que no hay avances en las negociaciones y parece que el Gobierno “está cambiando su rostro democrático, por uno dictatorial y eso nos preocupa bastante y por eso, se mantiene la huelga general indefinida en la empresa minera Huanuni”.
Expresó que los mineros “están muy molestos frente a esta situación, pero ya se ha advertido que no se permitirá ningún proceso contra los mineros detenidos”.
Los mineros enardecidos lanzaron dinamitas en las cercanías de la Policía, ubicada en la calle Bolívar, entre Presidente Montes y Washington, y los policías respondieron inmediatamente lanzando gases por todas partes. Los dueños de las tiendas y oficinas privadas tuvieron que cerrar sus puertas, al igual que los bancos, por razones de seguridad, en medio de los disparos de ambas partes.
Los gases lacrimógenos alcanzaron a dos cuadras a la redonda, pero los mineros continuaban firmes en su posición y de rato a rato se escuchaban detonaciones, mientras los peatones circulaban tapándose la boca y llorando.
“No vamos a permitir procesos, como el que se ha registrado con el caso de terrorismo. Eso se quiere repetir con esta clase de procesos. Por eso, estamos pendientes para impedir cualquier acción de esa naturaleza. Estamos exigiendo la libertad de todos”, dijo.
Por su parte, el dirigente de la Federación de Maestros Urbanos, Wilfredo Siñani, dijo que los docentes están al lado de los mineros, porque la demanda es justa, frente a una incongruente Ley de Pensiones que no favorece a los trabajadores que están en vías de jubilación.
La gente tuvo que escapar de la plaza principal de esta ciudad, por razones de seguridad. Un grupo de mujeres, que se encuentra en la plaza, se declaró en huelga de hambre, soportando los gases lacrimógenos.
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