domingo, 31 de agosto de 2014

Teatro Municipal de Oruro

Proseguimos con nuestra historia de finales del siglo XIX y mediados del XX.

Oruro consagrada en sus jornadas de cultura, permite que el faro desde lo alto genere luz y esencia de autenticidad.

La década de los años setenta ha marcado profundamente los surcos de la historia y el arte en nuestra ciudad. Los testimonios relevan algunas construcciones, exaltando la belleza de las mismas. Es así que todavía contamos con el Teatro Palais Concert, el perfil mayor como fuera el Teatro Municipal fue convertido en otro edificio de diferentes connotaciones.

¿Qué es teatro? Proviene del griego theatrón, que significa teatro. Los juglares han escrito tragedias y comedias, ciertamente la estructura de un teatro es edificio histórico, y los antiguos griegos codificaron como Teatro, espacio amplio, abierto en el día, es claridad total, cerrado, está protegido por paredes con o sin diseño, iluminado con neón; interior es fuente de inspiración, guarda nombres, prismas y sombras, de quienes pasaron por este escenario, compositores, actores de teatro y todo lo relacionado al arte. Recibe a multitudes que ovacionan a través del aplauso, a talentos que dejan grabados en las retinas, instantes únicos, armoniosos, creadores del humor, la danza, la música, el canto y la poesía.

El teatro es edificio histórico. En la penumbra las tablas parecen revelar misterios, invitan a contemplar desde la butaca, el escenario, inspección silenciosa que termina en admiración, vista de viceversa, es elevarse en el aliento del público, en la alegría compartida, gala que renueva como ofrenda, expresión nítida para valorar este recinto que destila cultura cuando suben o bajan el telón.

El legado del Teatro Municipal se rememora desde la adquisición del terreno, edificación total, después la obra fina y otros recursos que demandaron tiempo con el corolario de entrega total.

El año 1893 en el informe de obras públicas hechas por el Vicepresidente del Concejo Municipal señor Isaac Flor, hace mención sobre el proyecto para construir un teatro. Los trámites de expropiación habían logrado un importante avance de la vivienda del señor Manuel Zaconeta.

El Concejo Municipal había aprobado la construcción del Teatro el año 1902. El señor Julio Pinkas prometió entregar columnas de fierro destinadas a la construcción de palcos y no honró su palabra, llegándose a la Casa Orchard Hijos y C. de Antofagasta que a través del agente de aduanas señor José Durandeau entregó el material de construcción.

En el informe de Obras Públicas Municipales de 1903, ante el Presidente del H. Concejo Municipal Sr. José Víctor Zaconeta y Munícipes, un reconocimiento pericial y rubricado por Francisco Fajardo C. hace referencia a la construcción del Teatro: "Hay cierta clase de construcciones civiles que por su naturaleza complicada, no se pueden encomendar a la dirección de profanos que jamás podrán calcular la resistencia de materiales; las tensiones que deben desarrollar; las presiones superiores sobre los fundamentos; las condiciones higiénicas, acústicas y de seguridad; la horizontalidad y gradientes normales de nivel calculado en las distintas secciones de construcción, y otros muchos detalles técnicos".

Como siempre, las paradojas de firmar contratos y entregar el trabajo después de la fecha prevista. Ante esta situación, tuvo que recurrirse al Notario Municipal para labrar dentro de las escrituras públicas, la conformidad de los contratistas: señores Máximo Arellano y Pedro Verástegui, quienes rubricaron para cumplir y terminar la obra, utilizando material noble en la construcción del Teatro y del Mercado Público. Como signo de buen propósito, ambos contratistas aceptaron la multa de Bs. 50, sin embargo si el H. Concejo no cumpliera las fechas determinadas de pago cancelaría 100 Bs. a favor de ellos.

En 1906, el Presidente del H. Concejo Municipal Dr. Constancio Renjel, lee y deja escrito su informe en Memoria: "El Teatro, cuyo frontis, o sea el decorado de la fachada, quedó inconcluso en el año de 1905, así como la bóveda de su proscenio; ha sido completamente construido con el costo de Bs. 8.000, y a mérito de que estos trabajos, por razón de los materiales, como el cemento romano, el estuco, la pintura al óleo, los adornos, han sido muy costosos".

A tiempo de recordar el Tricentenario de la Fundación de Oruro, en una entrevista el señor Juan Encinas señalaba: "…Fue un gran acontecimiento artístico y social, distinguidas damitas y jóvenes de los círculos sociales, organizaron un conjunto orquestal para actuar en el estreno del Teatro". Componían la orquesta 56 personas, entre ellos las Srtas. Encarnación y Esther Ceballos Tovar, doña María Dupleich, jóvenes Octavio Vásquez, Arturo Taborga, Atiliano Aparicio, Director de la Orquesta don Héctor Sanjinés, era también Gerente del Banco Nacional.

El Dr. Manuel Elías, Presidente del H. Concejo Municipal comparaba el edificio del teatro, calificando y comparando con el resto del país, elogiando al nuestro como el mejor y agradeciendo al artista Olimpilio Barberí.

Debido a un mal cálculo, en esta gestión el teatro fue implementado con 150 lámparas incandescentes y las de arco, más 34 para el proscenio. Por convenio la misma empresa en el plafón instaló una araña con cuarenta focos con un valor de un mil bolivianos de acuerdo al catálogo. El pago de este compromiso fue fijado en el presupuesto del año 1908.

El año 1913 continuaba invirtiéndose en el teatro, 423.85 Bs. para arreglar el techo y colocación de urinarios. En las actividades de obras públicas del año 1922, todo el frontis fue estucado, posteriormente pintado al óleo, urgía necesidad de arreglar el entablado del proscenio, cambio del tumbado y empapelado del bar.

La década de los años cuarenta el Teatro Municipal, ofrecía para todo público películas seleccionadas, era protagonista de la actividad cultural, probablemente era la época donde se podía disfrutar de espectáculos donde las artes se agrandaban.

Sin embargo, de acuerdo a investigaciones de los primeros meses del año 1941, algunas publicaciones hacían reclamo al Alcalde Municipal, que el teatro presentaba deterioro, quienes habían alquilado este recinto de arte, no cumplían manteniendo en buenas condiciones.

Ya en 1948 el Teatro Municipal había realizado múltiples actividades. Gratuitamente fue concedido 21 veces a instituciones culturales y artísticas con la correspondiente dotación de luz y artefactos necesarios. También fue escenario de promociones de colegios, definitivamente, este espacio acumuló e integró manifestaciones artísticas, veladas literarias. Rememoro a algunas obras de teatro, están en la imagen de mi tiempo los sutiles decorados, en algún instante me adueñé de esa infraestructura, de cerca observé al artista descubierto por su innato talento.

Habían corrido los otoños, no había permitido registrar ningún desliz de pensar en una mudanza, ni soñar demoler, destruir y terminar con un patrimonio que era de todos los ciudadanos que vivimos en esta ciudad que es nuestra, Oruro y el Teatro construido en una época de inversión edil. Sin embargo, se percibía que ya no lucía como en sus mejores tiempos.

A fines de los años setenta la Empresa Contegral S.R.L. fue designada para elaborar el estudio a diseño final de un Complejo Cultural Oruro, de acuerdo al informe técnico elaborado por la Junta de selección.

Se mencionaba "El complejo cultural será edificado en los actuales terrenos que ocupa el Palacio de Justicia, en razón de que este inmueble fue transferido a través de un convenio a la Alcaldía Municipal, quien a la vez cedió el área que ocupaba el Teatro Municipal.

El estudio de referencia negociado y aceptado por los personeros de Contegral con un costo de un millón de pesos bolivianos cubrirá la totalidad del presupuesto de la gestión de Cordeor.

La futura construcción abarcará un cine teatro-sala de conferencias, pinacotecas, bibliotecas y otros recintos que requiere una estructura moderna.

El diseño será elaborado en un periodo de seis meses a partir de la fecha de la firma del contrato, cuyo documento será redactado con la Resolución de la Junta".

Las autoridades que cumplían funciones como H. Alcalde Municipal el Gral. Juan Fernández Cálzaga, como Oficial Mayor de Cultura Dr. Hugo Valdivia, Presidente de la Corporación de Desarrollo señor Jorge Arias Saavedra, Prefecto del Departamento Gral. Gastón Gámbule Dulón y Dr. David Delgadillo como Presidente del Comité Cívico de Oruro.

Con seguridad la carpeta a diseño final para la construcción del Teatro Municipal ha quedado envuelta por el polvo de la indiferencia.

Es posible que se haya intentado remediar este daño que se hizo a Oruro, porque en el lugar donde se pretendía construir o reponer el Teatro Municipal, se convirtió en un inmenso garaje ubicado en las calles La Plata y Ayacucho. Construyeron la Casa de la Cultura con ambientes espaciosos para conferencias, un amplio escenario para diferentes actividades de arte y algunas dependencias de trabajo perteneciente á la H. Alcaldía Municipal de Oruro. Para la edificación de la Casa de la Cultura, desde la República de China, se trasladaron trabajadores que construyeron en corto tiempo, lo único que tenemos los orureños como patrimonio municipal, que no es igual a lo que representa un Teatro.



EL PALACIO DE JUSTICIA

Según escritos la Casa nominada como el Palacio de Justicia, data desde la época colonial, funcionó como Banco de Rescates y a partir de la fundación de la Corte Superior de Oruro, este edificio se destinó a las oficinas judiciales. Por el tiempo y la humedad, fue transformado con un costo de 17.000 bolivianos.

En este edificio estaba instalada la Corte Superior del Distrito, con ambientes cómodos para actos públicos, como signo de realzar la memoria de dos hijos de Oruro: en una de las paredes del salón se encontraban los retratos de José María Dalence y Pantaleón Dalence. En este mismo piso se hallaban la Fiscalía de Distrito y la Secretaría de Cámara. En planta baja ocupaban los juzgados primero, segundo y tercero de instrucción y la Oficialía de Registros Reales.

El ingreso era por la puerta de dos hojas, ubicada en calle La Plata que mostraba solo una planta y por calle Ayacucho eran dos pisos. Tenía varios patios, toda la estructura era de piedra, con gruesas paredes, como se construía antes, para que dure no cien, sino doscientos años. En la década de los 70 surgió un cambio, es decir el Alcalde Municipal entregó el Teatro Municipal a la Corte Superior y esta última se quedó para la Alcaldía, fue demolida convertida hasta hacen meses atrás en un garaje público, y Oruro una vez más se quedó sin Teatro Municipal. La Corte hizo construir un edificio que a la fecha ha quedado restringido de espacio.

Estos procedimientos de cambio o canje, no garantizan de volver a contar con una misma o mejor construcción, que este mal paso sea experiencia para no destruir lo que es catalogado como patrimonio, sensiblemente nuestra ciudad quedó sin soga ni cabrito.

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