Nació en Oruro en 1899
Falleció en 1989
Pensar en doña Becha es pensar en la pasión que se requiere para vivir a plenitud, en la fortaleza necesaria para enfrentar lo que ella ponga adelante.
Desde las primeras décadas del siglo XX, Betshabé Salmón de Beltrán fue una incansable promotora de actividades artísticas y periodísticas para y desde las mujeres, en medio de una sociedad injusta y discriminadora que las consideraba como seres inferiores. Becha, que era una rebelde, nunca condescendió con semejante barbaridad. Fue la primera mujer en Oruro que trabajó en una oficina.
La criticaron mucho, pero ello no hizo más que fortalecer su espíritu y su ingenio hasta en el contraataque: "En ese tiempo el lujo de la mujer era el sombrero. Nadie que se apreciaba podía salir sin sombrero. Pero nosotras, íbamos con el sombrero en la mano para decir ‘tengo sombrero pero no me lo pongo’”. Para 1918, esto fue una afrenta… que se convirtió en una conquista porque "tras nosotras, todas las mujeres se quitaron el sombrero y al final, la gente dejó de molestar con tal detalle”.
La ambición de igualdad la llevó junto a cientas de mujeres a luchar por sus derechos, "a luchar por su emancipación para dejar de ser el muñeco bello con que el hombre jugaba”, relata Becha.
Estudió en el primer colegio de bachillerato para mujeres: Liceo de Señoritas en La Paz. Creó junto a otras el Círculo Artístico e Intelectual de Señoritas en 1919. Fue co-fundadora de Feminiflor en 1921, revista precursora de periodismo hecho por mujeres que salió regularmente por tres años. Firmaba con el pseudónimo de "Princesita azul”, como sátira al Príncipe Azul. Fue fundadora de la Cruz Roja y participó en las primeras brigadas femeninas de exploradoras. Becha bailaba, enamoraba, recitaba, cantaba… a la par de preguntarse qué quería como mujer, qué busc aba. Fue, una locura de mujer, un estallido de vida, una explosión de ejemplos.
Sandra Aliaga, comunicadora social.
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