Cuando fue edificada, en 1606 en los primeros trazos de la ciudad, aquel lugar era conocido como la Plaza Menor, y principalmente estaba establecida para que la gente del pueblo pueda pasear por aquel lugar, ya que la Plaza Mayor, hoy 10 de Febrero, era solo para la élite española.
Posteriormente, se la denominó como la Plaza del Regocijo, porque invitaba al descanso y a la paz, finalmente con el paso de los años fue denominada como la Plaza Castro y Padilla, en honor al fundador de la ciudad de Oruro, don Manuel de Castro Castillo y Padilla aunque popularizada como "Castro de Padilla".
Es una plaza histórica, fue escenario de la revolución del 10 de Febrero de 1781. Donde actualmente se encuentra el monumento al fundador de la Villa de San Felipe de Austria, estuvo establecida la casa del español Endeiza, que durante el primer grito libertario de América, estuvo envuelta en llamas. Los españoles fueron sacados del lugar y pagaron con sus vidas el fruto de la revolución.
En el siglo XX, principalmente a sus inicios, era un lugar de recreo para saborear el exquisito helado de canela, ofertado por una señora que vivía al frente de la plaza. Allí también están los primeros árboles de Oruro, según se establece, fueron plantados en 1904. Una fuente de agua da vida al lugar con un cisne de bronce que deambuló por varios sitios de la capital.
En el centro se observa una pequeña glorieta, que se dice en antaño, se colocaba un fonógrafo en la parte superior, para que la ciudadanía pueda deleitarse con una serie de melodías. Más al Sur, quedan vestigios de lo que fue el palacio consistorial, cuya arquitectura fue demolida, quitándole brillo a la arquitectura urbanística, hoy solo queda la base de un pilar oculto.
REFERENCIA
Relatos de Alberto Guerra (+), Elías Delgado (+) y Maurice Cazorla
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