Hace casi cien años, hombres visionarios crearon una de las obras más icónicas en la arquitectura de la ciudad de Oruro, como es el Palacio de los Conciertos, popularizado con su nombre artístico "Palais Concert". Situado en el mismísimo centro de la urbe.
Mucho tuvo que ver el auge económico que atravesaba en la segunda década del siglo XX la Capital del Folklore de Bolivia, Juan F. Luzio ordenó la construcción de esta obra admirada principalmente por los foráneos que visitan esta tierra.
Para ello se contrató al ingeniero José Cosani, para que se encargue del diseño del edificio. Le dio un estilo francés y ornamentó la fachada con cinco calles y tres cuerpos, todos los detalles les fueron encomendados al artista paceño Marcelino Ramírez Villacorta.
Entre las principales figuras de la "cara" del Palais, se observa a Apolo, considerado como dios del arte y repartidos de a dos a cuatro querubines musiqueros. Otros detalles resaltantes en la obra, son los dos mascarones teatrales con dos telas moldeadas, que se tienen encima de los ingresos al teatro.
Mientras que las columnas están adornadas por capiteles, esculturas femeninas y angelicales. Se conoce por investigaciones hechas por el profesor Mario Medina que el Palais Concert, fue entregado en 1918. Pero, las sorpresas no solo están en su exterior, sino también el interior con seis pinturas de amplia valía, elaboradas exclusivamente por el artista ecuatoriano, Luis Toro Moreno.
La capacidad del teatro es para 720 personas, repartidas de la siguiente manera: Luneta 300 personas, el anfiteatro 120 espectadores y la galería para 300 personas.
No solo era un escenario para presentaciones de orquestas o teatros, sino también para la exhibición de películas, las primeras mudas y en blanco y negro, luego una diversidad de cintas cinematográficas, hasta llegar a las candentes por su erotismo.
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