domingo, 20 de abril de 2014

Oruro, ¿departamento minero?

A propósito del proyecto de ley minera y los problemas que se suscitaron en los últimos días, convendría preguntarnos, por qué las regiones no participan activamente en la elaboración de normas tan importantes como la citada, y más aún, sabiendo que nuestra región: Oruro, ha sido y es considerada como un departamento con historia y vocación minera. ¿Las regiones son afectadas por la elaboración de una ley de esta naturaleza?, ¿deberían participar en su elaboración las instituciones del departamento?, ¿mantenemos nuestra vocación minera histórica? Éstas y algunas preguntas más, son las que trataremos de responder en esta pequeña reflexión que ponemos a consideración de la ciudadanía orureña.

El Producto Interno Bruto de un país o departamento, representa la generación de valor agregado o bienestar de una región, y se calcula como el valor de los bienes y servicios finales en un tiempo determinado (un año). Es así, que esta medida con algunos otros indicadores más, permiten definir la potencialidad y vocación productiva de las regiones.

En este sentido, se muestra a continuación la Participación de cada departamento en el PIB minero nacional, para los años 2008 y 2012 (El PIB Minero es calculado como la suma de las cuentas: Minerales Metálicos y no Metálicos y Productos de Minerales no Metálicos). Inicialmente, debemos mencionar que el PIB minero de Bolivia alcanzó para el año 2008 la suma de 11.943 millones de bolivianos, y para el año 2012, 16.042 millones de Bs., lo cual implica un crecimiento de 34 % en cinco años.

En el gráfico, se muestra un cambio importante en la industria minera del país, ya que el año 2008, Potosí, La Paz y Oruro, eran los tres departamentos de mayor importancia para la industria, representando su producción minera un 71 % del total. Sin embargo, para el 2012 los aportes de La Paz y Santa Cruz crecieron considerablemente. Entre estos tres departamentos, y ahora incluyendo a Santa Cruz, se alcanza un 86 % de la producción total minera del país. Sin duda, este cambio se debe a la mayor contabilización de la explotación de oro en La Paz y la producción de hierro en Santa Cruz. Si bien Oruro, mantiene su importancia en el contexto nacional, la tendencia indica que vamos por mal camino.

GRÁFICO I

Si las cifras anteriores llaman la atención, debemos conocer también, qué departamentos dependen más de la industria minera. En el siguiente gráfico, precisamente se muestra la participación del PIB Minero de cada departamento en su PIB global, o sea, el que incluye todos los bienes y servicios de las diferentes industrias.

En el mismo, se tiene que los departamentos que dependen fuertemente de su industria minera son: Potosí, Oruro, Pando y Chuquisaca; especialmente los dos primeros. El gráfico resalta también, que los únicos que aumentaron su participación minera sobre su producción total fueron los departamentos de La Paz y Santa Cruz; como también resalta el drástico descenso de la participación de la industria minera de Potosí en su producción total.

Es importante mencionar, que si hacemos una comparación con los años 2007 y 2011 y el gráfico presentado, el panorama era totalmente distinto. La industria minera de Oruro aumentó su participación en ese intervalo de tiempo de 26 a 43 %, y la de Potosí de 39 a 53 %, o sea, que no se reportaba una disminución; en el caso de Oruro de 36 a 34 % y de Potosí de 50 a 38 %, reportada por el gráfico que explica el comportamiento de esta participación, entre los años 2008 y 2012. Por otro lado, Oruro contaba con un PIB global cercano a los 10 mil millones de bolivianos el 2011, reduciéndose para el 2012 a 9.409 millones, reducción explicada por la drástica caída en el valor de la producción de Minerales Metálicos y No Metálicos de 4.146 a 3.094 millones de bolivianos en ese mismo periodo.

Por último, mencionar que la producción minera de Potosí alcanza aproximadamente a 3,850 millones de bolivianos, el 2012 (reducción de más de 2 mil millones respecto al 2011) y su producción global para este mismo año es de 10 mil millones. La de Santa Cruz alcanza a 2.800 millones, pero su producción global es de 52 mil millones; y la de La Paz, 3.870 millones de bolivianos, siendo su producción global de 47 mil y medio millones de bolivianos, para el 2012. Cifras que permiten comparar la situación respecto a la industria minera entre regiones.

GRÁFICO II

Esta realidad, demuestra con bastante claridad que la industria minera aparentemente se encuentra en declive; por lo menos la de Potosí y Oruro. Demuestra también, que hay nuevos actores mineros en el contexto nacional y que la dependencia hacia la minería, por parte de Potosí y Oruro es un factor determinante de su desarrollo. Más aún, sabiendo que más del 90% de las exportaciones totales de Oruro son mineras, y que un 99 % de las exportaciones de Potosí, son también mineras.

Por último, un dato que resulta interesante es la cantidad de empresas mineras que existen en los departamentos. Según el registro de Fundempresa (abril, 2013), en el país existen 1.122 (mil ciento veintidós) empresas mineras, de las cuales, 395 están en La Paz, 256 en Potosí, 228 en Santa Cruz, 109 en Cochabamba y sólo 92 en Oruro. Sin duda, éste también se constituye en otro indicador que debería preocupar a los orureños.

Según el breve análisis presentado, conviene preguntarnos si la coyuntura actual en la que se redacta y discute la Ley Minera, es el momento para pensar en el futuro de Oruro y en la posibilidad de que este tipo de norma pueda o no beneficiar a la región; y preguntarnos también, si como región deberíamos o no participar en la redacción de la misma.

El problema actual suscitado con la elaboración del mencionado Proyecto de Ley se centró en la discusión del artículo 132 y 151 de esta norma y los correspondientes artículos de la Constitución Política del Estado que se refieren o están relacionados con esta Industria (Arts. 158, 306, 351, 356 y 370). En este sentido, la única discusión al respecto es entre cooperativistas y el Estado, lo que nos hace pensar sin duda, que los mineros privados medianos y chicos, así como las regiones y otros actores, no sienten la necesidad de intervenir en la redacción. No se discutieron adecuadamente los temas medioambientales, el de las concesiones, la utilización de agua, el problema de empresas estatales y muchos más.

El desarrollo de Oruro, ha pasado a depender nuevamente desde hace algunos años de la industria minera. Sin embargo, los niveles de inversión en la minería y en el sector industrial en general, han sido casi nulos; no se generaron fuentes de empleo suficientes y aparentemente la tendencia de los precios internacionales de los minerales es hacia la baja. Por otro lado, el sueño de la industrialización nuevamente parece quedarse postergado, y relegado solamente a la fundición de nuestros principales minerales, sin poder concretarse una industrialización real.

Oruro, exporta principalmente estaño metálico, mineral de plata, oro y zinc. La fuente principal de estaño proviene de la Empresa Minera Huanuni, que para el 2013; según fuentes gubernamentales, reportó utilidades por un millón de dólares, mientras que Colquiri reportaba 21 millones de dólares, con sólo 1200 trabajadores. Sin duda, un fracaso para los orureños. Página Siete en abril de 2013 mostraba un cuadro proveniente de la Empresa Minera Huanuni y el Ministerio de Economía, que reportaba el 2011, 33 millones de dólares y el 2012, 12 millones de dólares de utilidad (el 2008 la empresa produjo 7,875 TMF de estaño y tuvo una utilidad de 8,7 Millones de dólares, el 2013 produjo 7,897 TMF y obtuvo una utilidad de 1 millón de dólares). Con el 20% de los 105 millones de dólares de utilidades reportadas por esta empresa del 2006 al 2013, hubiéramos podido invertir en mitigación ambiental y en industrialización, e incluso asociarnos con empresas extranjeras. Sin embargo, ningún orureño reclama por esas utilidades y la posibilidad de que sean invertidas en el desarrollo del departamento.

Es así que aparentemente la historia es cíclica, no aprovechamos los buenos momentos y luego nos quejamos por años de nuestro gran aporte para toda Bolivia y de los pocos beneficios para nuestra región. Todos estos años pueden ser considerados como excelentes momentos dada la coyuntura de precios, y de aquí a unos cinco años podremos quejarnos nuevamente, porque para los orureños nada ha cambiado. Seguiremos esperando que el desarrollo nos caiga del cielo, mientras seguimos sentados pensando en la "grandeza de nuestra región".

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