Antes de la revolución del 10 de Febrero de 1781, la economía de Oruro giraba en torno de la minería, con réditos para reyes españoles y solo una parte de la población, aún se vendían esclavos o sirvientes, se aplicaba la mita entre otras, pero lo que más benefició a Oruro desde siempre fue la posición geográfica generando el desarrollo económico por el flujo de compradores de minerales del extranjero y de otras villas.
Desde 1535 hasta la fecha, por Oruro pasaron miles de toneladas de mercadería de ingreso y salida de Bolivia, en primera instancia a través del ferrocarril y con la construcción de carreteras en transporte terrestre.
El ferrocarril de La Paz a Buenos Aires, el de La Paz a Antofagasta lo mismo que de Cochabamba a esos puntos y los distintos lugares que se comunicaban entre sí pasaban por Oruro. De esta manera desde los remotos rincones del país y extranjeros afluyeron a esta ciudad y ciertamente todo los que buscaban trabajo lo hallaron en Oruro.
El comercio fue consecuencia del movimiento minero, quienes necesitaron de proveedores de mercaderías de primera necesidad y maquinaría de trabajo. Para los trabajos en interior mina se requería dinamita, barrenos de perforación, bombas, motores, herramientas, lámparas de carburo, ropa adecuada, reactivos y otros y quien los provea. Los comerciantes no se hicieron esperar y de esta suerte comenzaron a aparecer en la ciudad almacenes de cosas muy variadas, de ropa, calzados, víveres, golosinas, artefactos domésticos, de telas, de lanas, de sombreros y otros.
Del mismo modo surgieron hoteles, clubes, confiterías, verdulerías, dicen los historiadores que corría el dinero como lubricante de la banca y el comercio, además que llegaron entre los extranjeros, yugoslavos, alemanes libaneses, españoles y judíos.
Pero los cholos como los llamaban o la población de clase baja, no disfrutaban de esto, pues solo los criollos que hábilmente habían logrado posicionarse económicamente con la apertura de tiendas, restaurantes o venta de algún producto, esto generó una división notable entre clases.
ANTES
Mientras Oruro crecía también las necesidades de los pobladores en cuanto a la demanda de alimentos, material de trabajo, ropa y otras necesidades domésticas puesto que desde su fundación esto fue creciendo rápidamente, se conoce de este fenómeno social por el informe enviado por Diego de Medrano a la Real Audiencia de Charcas, donde daba referencias de la cantidad de familias en la villa.
Estaban asentadas alrededor de 50 familias españolas, incluidos los 450 Iberoamericanos y más de mil indios. El interés de que Oruro crezca en población era primordial porque el rey se veía beneficiado por la extracción de mineral siendo este comparado con lo que se obtenía del Cerro Rico de Potosí.
Oruro disfrutó de los placeres de la vida próspera pero la opulencia fue fugaz seguido del empobrecimiento para luego resurgir de las cenizas como el ave fénix y no desaparecer como ciudad.
DESPUÉS
Concluida la insurgencia del 10 de Febrero, la Villa retornó en apariencia a su vida rutinaria, con su economía duramente afectada, acaudalados hispanos muertos, otros en fuga y algunos todavía escondidos.
En diferentes sectores del pueblo, muchos se dieron a las diversiones de compra y venta de lo substraído en los saqueos, esto de manera pública aun en la mismísima Plaza Mayor, puesto que estaban absueltos de culpa.
Oro y plata se jugaba en raudales, joyas y especies de valor eran puestos a la venta a precios muy bajos. A esto nadie pudo poner orden, porque la cholada estaba envalentonada.
OFICIOS
Entre la revolución y otros sucesos, Oruro desde un principio demostró grandes aptitudes para las artesanías, las manos, pero también primó el comercio se tiene referencias de que se importaba cacao para la elaboración de chocolates y dulces, para fabricar estos productos se traía azúcar en maletas.
En Oruro los principales oficios fueron carpinteros empedradores, silleros, curtidores, carniceros, barberos, cajeros, pintores, bordadores, torneros cerrajeros, plateros, veleros chocolateros, tinajeros, coqueros, cigarreros, entre otros.
Existen datos de que Paria fue productora de leche de oveja y vaca, para elaborar queso esto también ocurrió en Poopó y Pazña, pero la sal también fue parte del comercio ya que se extraía grandes cantidades del Salar de Coipasa y Uyuni.
El comercio desde entonces fue creciendo en todos sus habitantes hasta llegar a la industria de muchas grandes materias primas que no necesariamente se producían en Oruro, pero si se importaban desde el oriente.
Algunos de esos comerciantes se fueron organizando hasta crear organizaciones sólidas que defiendan los intereses de los orureños respecto al desarrollo económico que hasta la fecha se ve relegado.
En la actualidad este departamento, continúa viviendo de la minería, agricultura y ganadería, además del comercio que crece a diario más dentro de la informalidad, dejando de lado el apoyo al sector industrial, que hasta la fecha se ve relegado por el oportunismo, la falta de voluntad para generar espacios de exportación con normas internacionales, por falta de política de inversión y fomento a la micro, pequeña y mediana empresa.
BIBLIOGRAFÍA
González-Aramayo
Zuleta, Vicente
2010 Breve Historia de la industria Orureña, Imprenta Servicio Gráficos El Faro,
Oruro - Bolivia
Torres Sejas, Ángel
1994 Oruro en su Historia, Empresa Editora "Urquizo" S.A.,
La Paz - Bolivia.
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