El libro “Los dilemas de la minería” escrito por
expertos del ámbito revela que la nueva Ley Minera pretende subir las regalías
y los impuestos por encima del 67% que se paga en la actualidad, hecho que
haría inviable esa actividad productiva.
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La situación de la minería
es de interés fundamental para toda Bolivia, pero lo es más aún para el departamento
de Oruro, por lo que “cualquier caída en la producción y en el valor de las
exportaciones mineras, incidirá directamente en una caída de las economías
orureña”, proyectó hoy el sociólogo e investigador Henry Oporto al presentar el
libro “Los dilemas de la minería”.
Como un “momento caótico” expresado en una
“encrucijada” que conduciría a la minería boliviana por un camino destructivo y
de retroceso, o, hacia un golpe de timón para reencauzar la política del
sector, es considerada la situación actual de esa actividad en la mencionada obra escrita por ex ministros
y expertos del área.
La obra recupera una serie de estudios
técnico/científicos de coyuntura y estructurales de corte internacional y
nacional que abordan distintos factores: competitividad, volatilidad de
precios, conflictos sociales, inversiones, seguridad jurídica, nivel de acceso
a la actividad empresarial de la minería, índice de políticas mineras e
investigaciones de percepción ciudadana sobre la valoración de la problemática.
Situación
regional
El empleo y los ingresos de
miles de familias de este departamento de Oruro están ligados a la actividad
minera. También los ingresos fiscales se nutren significativamente de las
regalías y otros impuestos de la minería, sostuvo Henry Oporto al señalar que la
economía de Oruro es altamente dependiente del desempeño del sector minero, y
sobre todo de las exportaciones mineras. “En la última década, el 95% de las
exportaciones totales de Oruro y Potosí han sido exportaciones mineras”,
precisó.
“Los orureños tienen
razones vitales para cuidar que la minería se mantenga con buena salud y que se
eviten los factores que hoy día representan un riesgo como son la falta de
inversiones, el agotamiento de los yacimientos mineros, el debilitamiento del sector
minero privado, el descenso de los precios internacionales de los minerales, la
escalada de conflictos sociales, la incertidumbre en la legislación y la
política minera”, afirmó.
Baja
competitividad y desinversión
El problema no es tanto la incertidumbre por la
inestabilidad de los precios; ni siquiera es la lucha fratricida de las
facciones de mineros (como los casos recientes de Colquiri y Mallku Quta), “la
cuestión medular es la baja competitividad de la minería boliviana y el déficit
de inversiones”, aseguran los autores
Henry Oporto, Dionisio Garzón, Jorge Espinoza y Pedro Portugal, en el marco de
los estudios realizados por la Fundación Pazos Kanki (2012).
Consideran que Bolivia parece haber transitado
de la ilusión por la bonanza minera a un estado de inquietud, al ver cómo la
riqueza minera se convierte en la manzana de la discordia entre grupos
dispuestos a destruirse mutuamente por una veta de mineral. “Pero esta imagen
no es sino la punta del iceberg. La
roca profunda contiene una carga quizás más nociva aún”.
“Es un coctel complejo de muchas cosas:
volatilidad de precios internacionales, con tendencia a la baja; avidez por la
explotación minera; rentismo corporativo
que ha convertido al gobierno en rehén de la presión social; retorno a
políticas improductivas de corte estatista y anti-inversión privada; ausencia
de Estado de derecho que hace de la minería un mundo sin ley ni orden. Casi la
tormenta perfecta”, contiene el estudio informativo,
analítico y critico.
La
minería privada estrangulada
El libro sostiene que las escasas inversiones no permiten sustentar
un desarrollo robusto y de largo plazo de la actividad minera: “el proceso que
comenzó en los años noventa, con importantes inversiones de riesgo, que fueron
madurando en más de una década, ha perdido impulso y prácticamente se ha
interrumpido. La situación hoy es incluso de desinversión de capitales,
como efecto de los ataques a la minería privada, el desalojo forzado de
empresas, la cancelación de contratos de exploración y explotación de área
mineras”.
Precisa que en 2011, la minería mediana
representó el 60% del total de las exportaciones mineras; en cambio, al primer
semestre de 2012 su participación cae al 48.7% de las exportaciones nacionales,
y con tendencia a una mayor reducción. Esta disminución de las exportaciones de
la minería mediana, señala la obra, suponen que el país percibe menos ingresos fiscales, ya que de este sector
provienen las regalías y los impuestos más altos.
“De hecho, la suma de la regalía que la minería
mediana paga es el 66.6% del total nacional, más del doble de lo que el Estado
recauda por ese concepto del sector cooperativo (28% del total). COMIBOL aporta
apenas el 5.1% de las regalías mineras”, según los datos contenidos en el libro.
Investigaciones
internacionales
El estudio considera que “Bolivia califica muy
mal” en los rankings internacionales que influyen en la percepción de los
inversores, especialistas y tomadores de decisión en las agencias y organismos
internacionales, tales como el Informe de Competitividad Global 2012 elaborado
por el Foro Económico Mundial que sitúa a Bolivia en el puesto 104 de 144
países, siendo el tercero de Sudamérica tras Paraguay (116) y Venezuela (126).
Cita también el estudio Doing Business 2012 elaborado para el Banco Mundial (BM) que
posiciona a Bolivia en el lugar 153 entre 183 países en el índice sobre la
“factibilidad de hacer negocios”. El 2011, el país ocupaba el puesto 147 y en
la región Latinoamericana, entre 32 países ocupa el número 29, por encima de
Surinam, Haití y Venezuela. Señala
además que el Fraser Institute, entidad internacional especializada en temas de
la industria minera, sitúa a Bolivia en el antepenúltimo lugar de los distritos
mineros entre 93 países del mundo en relación al Índice de Políticas Mineras.
Presión
tributaria asfixiante
Basados en una serie de indicadores y datos
comparativos oficiales de origen nacional e internacional, los autores de la
obra aseguran que “la presión tributaria sobre la minería privada es asfixiante”: “la regalía minera en Bolivia es más
del 200% de la que se paga en Chile y en Perú, y 100% más que lo que se paga en
Argentina. También el impuesto a las utilidades en la minería boliviana es
mucho más alto que en países vecinos”.
Impuesto sobre Utilidades
de las Empresas (Perspectiva comparada)
Concepto
|
Bolivia
|
Argentina
|
Chile
|
Perú
|
Impuesto sobre
utilidades
|
37.5%
|
35%
|
17%
|
30%
|
Impuesto por remesa de dividendos
|
12.5%
|
0
|
18%
|
4.1%
|
Total
|
45.3%
|
35%
|
35%
|
32.9%
|
FUENTE:
Los Dilemas de la Minería (2012)
Regalías mineras (Perspectiva comparada)
Considerando
|
Bolivia
|
Argentina
|
Chile
|
Perú
|
Unidad -35%
|
5% - 7%
|
0 - 3%
|
1,75%
|
2,00%
|
Unidad -50%
|
5% - 7%
|
0 - 3%
|
3,33%
|
3,57%
|
Unidad -65%
|
5% - 7%
|
0 - 3%
|
6,05%
|
5,75%
|
Participación del Estado en la renta minera
Concepto
|
Tasas
|
Operación
Normal
en
$us
|
Operación
Normal en %
|
Ventas brutas
|
|
100.00
|
|
Costo de operación
|
|
70.00
|
|
Utilidad
Operativa antes de impuestos y regalía
|
|
30.00
|
100.00
|
Regalías sobre ventas brutas
|
6.00%
|
6,00
|
20.00%
|
Impuestos a las utilidades (IUE-AA)
|
37.50%
|
9,00
|
30.00%
|
Remesas
|
12.50%
|
1.80
|
6.00%
|
Otros impuestos (ITE, IT, ITPVA, etc.
|
2,00%
|
0.6
|
2.00%
|
Participación del tasado sin Ajuste por
Inflación
|
|
17.40
|
58.00%
|
Impuestos Ajuste por Inflación (base inversión
$M 100 variación de UFV 7.15% -promedio 2008-2011)
|
37.50%
|
2.68
|
8.94%
|
Participación
Total del Estado
|
|
20.081
|
66.94%
|
FUENTE: Los Dilemas de la Minería (2012)
“Como consecuencia de esta elevada tributación,
en la actualidad, Bolivia es considerada como el país que tiene la mayor
participación en impuestos y regalías en América Latina y, a la vez, es el que
menos incentivos ofrece a las inversiones mineras”, señalan los expertos.
Tributación
en la nueva Ley Minera
Se refieren también al proyecto de Ley de
Minería (en etapa de elaboración) y advierten que éste “pretende subir la
regalía por sobre el nivel actual de 6% y elevar el impuesto por remesa de
dividendos de 12.5% a 25%. Con ello, la participación del Estado (government take) en la renta minera
subiría por encima del 67%. Actualmente,
dos de cada tres dólares generados
por los productores mineros ya son apropiados por el Estado”. “De imponerse
este criterio, se aplicarían los impuestos más altos con el efecto de poner el
riesgo la continuidad de las operaciones mineras en Bolivia”, acotan.
Es por ello que los autores proyectan que “si se
impone el criterio de que COMIBOL participe en los proyectos ejecutados por
empresas privadas, percibiendo el 55% del valor de la producción, la
participación tributaria del Estado subiría hasta un 91%. Con ese tratamiento tributario” y, cuestionan: “¿habrá
quién quiera invertir en Bolivia?”.
De la encrucijada
al golpe de timón
En criterio de los coautores de la obra, “el
sector privado está siendo estrangulado, al punto que la minería podría
reducirse a un puñado de empresas estatales, de dudosa viabilidad, y un extenso
conglomerado de pequeñas operaciones de cooperativas y productores informales (¿un minifundio minero?), con el
resultado previsible de un estancamiento general de la actividad minera”.
“La encrucijada es dramática: o seguimos un camino destructivo que hará
retroceder por décadas a la minería, o buscamos un golpe de timón para
reencauzar la política minera hacia el desafío de la competitividad y la
modernización, en un contexto de apertura y garantías a la iniciativa privada,
el rol eficaz del Estado en la promoción de la industria minera y la
participación de una gama amplia de pequeños productores articulados a cadenas
de producción, transformación y exportación
minera”, acotan.
El libro Los dilemas de la minería interpela a la
sociedad con respecto a la situación de un sector crítico para la economía
nacional. Los expertos explican que el propósito de la obra es también
contribuir a una tarea imprescindible: “diseñar políticas mineras asentadas en
la realidad y con visión de futuro, alejadas de los espejismos ideológicos,
tanto como de la improvisación y el populismo demagógico”.
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