Los médicos socorristas de los diferentes centros de salud, que acudieron al rescate de personas, luego de la explosión de la garrafa de gas en la calle Backovic y la avenida del Ejército, recuerdan que tuvieron que trasladar heridos hasta en sus espaldas.
“Todos los médicos, internistas de guardia, todos hemos tenido que ir al lugar donde hubo la explosión, con silla de ruedas, camillas para socorrer, pero por la cantidad de gente herida hemos trasladado hasta en nuestras espaldas”, afirmó Isabel Challata enfermera de la Caja de Caminos en diálogo con EL DIARIO.
El llanto, gritos de desesperación, con la ropa desecha como mixtura y luego el arribo de familiares desesperados, nerviosos, fue con lo que tuvieron que enfrentar los paramédicos, enfermeras e internistas en la noche trágica del sábado, mientras que las televisoras continuaban transmitiendo el carnaval de Oruro.
Los heridos llegaron gritando, para luego recibir de forma inmediata suero, calmantes, antes de ser remitidos con ambulancias a otros centros médicos.
La explosión duró segundos, mientras que el pánico, los gritos y socorrer a las víctimas, fueron horas y tal vez sean muchos días.
En la primera noche de la tragedia, los pacientes quienes llegaron consientes, gritando por el dolor causado a consecuencias de las heridas generadas por la explosión, algunos de ellos tuvieron que recibir tranquilizantes, para poder dormir, ante el trauma generado por el impacto.
En la jornada de ayer, los pacientes de la Caja de Caminos fueron trasferidos a otros nosocomios, luego de haber sido estabilizados en gran parte de la noche del sábado y parte de la media jornada de ayer, mientras nueve pacientes fueron remitidos a la sede de Gobierno para atención en especialidades.
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