Mítico, único, genuino, imponente, son algunos de los calificativos que recibe este magnífico animal, rey del altiplano boliviano. ¡Eh ahí! ¡Es el cóndor! Si bien no podemos tocarlo porque es un ser huraño, lo vemos de cerca mediante las manos artesanales del hombre que con mucho talento, formaron su figura de misticismo.
Muchos lo consideran un ser supremo, cual enviado de los dioses vigila desde el firmamento a sus hijos, hijos de la naturaleza expuestos a morir.
Desde lo alto divisa a sus presas, a aquellas que cazará cuando tiene frío. Al mismo tiempo con su hermoso plumaje volará por los surcos imaginarios de paz y libertad.
Esa recreación de este insigne animal, símbolo de la heredad nacional, está vigilante en la parte Oeste de la ciudad de Oruro.
Aquel lugar fue bautizado como el Mirador del Cóndor, está en el cerro Santa Bárbara y desde allí se observa toda la urbe orureña de Norte a Sur y de Este a Oeste.
Si bien ese mirador es concreto puro, el cóndor está sobre unas rocas simulando su hábitat natural. El verlo desde abajo con el fondo del firmamento trae a la imaginación verlo volar sin ataduras ni temores.
Aquel sitio donde también se encuentra una enorme antena de transmisión y que mata el paisaje natural, esconde en pocos pasos la mirada que se tiene de la Alta Tierra de los Urus.
El Mirador del Cóndor, sitio maravilloso que vale la pena visitar para el deleite de la vista y de la imaginación del ser humano.
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