En el Calvario, feria que se instala cada domingo desde el primer fin de semana de noviembre, hasta el domingo del Convite de Carnaval, ahí encontramos una variedad de miniaturas, desde ropa, hasta comida.
Es en este contexto que encontramos el kiosco de doña Lourdes Zelada, quien es maestra de profesión, pero cada domingo instala su puesto de mini sándwiches en el Calvario, según ella porque le agrada hacerlo y quiere continuar la tradición iniciada hace unos 15 años por su suegra, doña Eloína Cuéllar.
"Sírvase los sandwichitos, con su refresquito", ofrece amablemente a los transeúntes, invitando a la gente a disfrutar estos manjares preparados por ella misma con pollo, chancho y verduras, "¿Completito, con mayonesa?" pregunta para que los comensales elijan la combinación de su preferencia.
Según cuenta doña Lourdes, "el atractivo de estos sándwiches es que nosotros elaboramos nuestro propio pan", además segura que le gusta mucho hacerlo, pone mucho esmero en hornear el pan en miniatura para luego preparar los pequeños emparedados que vende.Además los acompaña con refrescos en miniatura, que por lo general son más requeridos por los niños, aunque también ofrece vasos grandes, pero según dice, esos son más solicitados por los adultos.
Los sabores de refresco que ofrece son de lima y "pepa" es decir de durazno deshidratado hervido, con todo y semilla.
"La mejor combinación es el sándwich pequeñito con su refresco pequeñito", asegura doña Lourdes.
"Elaboramos con escabeche, su ensalada y su ají, que es característico, el ají amarillo que lo molemos en batán, nosotros lo quemamos y lo molemos", explica, destacando que no compra ají molido o artificial.
Para salir a vender, doña Lourdes se prepara desde el sábado, pues tiene que hacer cocer la carne, picar las ensaladas, hornear el pan y tener todo listo, pues el domingo sale desde muy temprano de su casa para instalar su puesto de venta a partir de las 08:00 horas aproximadamente, e iniciar la jornada, de lo que ésta dedicada señora considera un bello pasatiempo.
Los refrescos preparan en el mismo día para que estén frescos y deliciosos.
Según dice, la venta que realiza no le deja mucha ganancia sino que lo hace más por gusto, "me gusta ver que la gente viene a comprar porque les llama la atención el sandwichito echo con pan chiquito y que va acompañado con su refresquito", asegura.
"La gente dice que esto es una forma de distraerse, como en Oruro no hay muchas distracciones, comentan que esto debería hacerse todos los domingos del año, el comentario también es que debe ser todo pequeño, no deberían vender cosas grandes", señala.
Doña Lourdes también cuenta que ella es profesora pero que heredó el puesto de su suegra porque los todos los hijos de doña Eloína son varones y entonces ella decidió dedicarse a la venta durante los días del Calvario para mantener la tradición y que ésta actividad tan linda no se pierda. "Cuesta agarrar el puesto, todos quieren salir a vender y están a la pesca de tener los puestos".
Otro detalle que comenta Lourdes Zeballos es que su suegra le enseñó a elaborar el pan, a preparar la carne, que "no la hacemos cocer en el horno, la hacemos cocer al vapor, todo es al vapor y todo está hecho como en el horno", dice.
Esta señora está orgullosa del producto que prepara y expende en el Calvario, y sus clientes celebran sus deliciosos sándwiches, pues cada que pueden se dan una vueltita por ese puesto de venta para deleitarse con el manjar en miniatura.
Además de la sabrosura de la comida que vende doña Lourdes, la gente se siente atraída por el carisma de esta señora que atiende a todos con esmero y dedicación, además adereza todo con una enorme y amable sonrisa.
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