El orureño Jesús Bermudez Torres fue uno de los más grandes arqueros del fútbol en Bolivia.
Bermúdez en cada uno de sus encuentros deportivos deleitaba al público que asistía para verlo mostrar sus hazañas. Saltaba con una agilidad y templanza inigualable bajo los tres palos y demostraba una gran entrega y pasión absoluta en la cancha.
Fue por ese motivo que el estadio de Oruro lleva su nombre en su honor, ya que participó en el campeonato Mundial de 1930, en Uruguay, junto a la Selección boliviana.
Además de ser uno de los pioneros en la implantación del fútbol en el país con su equipo Oruro Royal.
A partir de allí, distintas personalidades se dieron a la tarea de alentar y vigorizar las prácticas del más popular de los deportes, el fútbol.
Según la historia del fútbol boliviano, la instauración de este deporte en el país fue porque varios jóvenes bolivianos, que habían concluido sus estudios en universidades de Inglaterra y Bélgica, particularmente de La Paz, trajeron la novedosa práctica de un deporte que se convirtió en el favorito de los pobladores. Sin embargo, sólo podían practicarla los jóvenes con algún rango social o con estudios en Europa, y fue por eso que gran parte de los clubes paceños y orureños adoptaron nombres en inglés, que no solamente repercutió en nuestro país, sino en países vecinos como Chile, Argentina, Brasil y Perú.
Quizá sin pensarlo, Bermúdez se convirtió en uno de los instauradores del fútbol que gusta a pequeños y grandes.
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