Oruro tiene pocos sitios ecológicos. A simple vista, no hay árboles y todo parece ser un desierto, donde abundan la paja brava y algunos arbustos (medicinales en gran parte), pero por su reducido tamaño, casi no se toman en cuenta cuando se trata de medir con los bosques inmensos de los valles y el trópico.
“Oruro no ha cambiado nada”, “sigue lo mismo”, “no hay árboles”, “su ingreso es deprimente”, es la expresión común de los mismos orureños, quienes, después de mucho tiempo, llegan a la ciudad y empiezan a mirar el altiplano escaso de vegetación, donde a cada paso se pueden observar las enormes montañas o se puede divisar desde lejos al nevado más grande de Bolivia, el Sajama.
Parque Ecológico
Pisco Ujaya
Pocos se preocupan de ver los lugares más hermosos de la ciudad y de las provincias del departamento de Oruro. Los niños, niñas, jóvenes y señoritas disfrutan de un panorama distinto, oculto y bien cuidado de aquel sitio creado hace más de 30 años, cuando se plantaron los primeros árboles en Pisco Ujyana. Hoy, se denomina Parque Ecológico Pisco Ujaya, ubicado cerca del lugar nominado Rummy Campana (piedra que suena como campana), frente a las minas de San José.
Después de 30 años, aquel lugar tiene centenares de árboles (pinos, álamos, radiatas y otros) que hacen olvidar los sitios secos y áridos que tiene la ciudad. Los pasillos están pavimentados y a los costados se puede disfrutar de abundante vegetación y flores, a pesar del invierno.
El lugar está protegido y existe agua de un manantial que mantiene en forma permanente la humedad.
Los fines de semana se autoriza el uso de parrillas para que la familia o los amigos puedan acudir a ese lugar, disfrutar del panorama, debajo de los árboles y sobre un pasto que está cubriendo gran parte de esas dos hectáreas de terreno. A un costado está una cancha polifuncional y un parque infantil. Las pequeñas deformaciones sirven para que hombres y mujeres puedan resbalar.
El sitio está complementado con un puente movedizo y un mirador construido de madera. El sitio ha sido bien aprovechado por los técnicos de la ex Prefectura, en 1996, para cercar el lugar y para construir también una cascada artificial que, cuando se enciende el motor, empieza a brotar agua por todas partes.
Hace quince años, no existían casas a los alrededores. Algunas viviendas precarias, eran las únicas acompañantes del lugar, dando una apariencia de abandonado. Hoy, a su alrededor, existen edificios modernos y la zona sigue creciendo. Hay calles pavimentadas que permiten un acceso adecuado a ese lugar.
Ciudadela universitaria
Otro sitio ecológico, donde existe paz y tranquilidad, está ubicado en la Ciudadela Universitaria. La construcción data de la década de 1960, cuando el exvicepresidente Julio Garret Ayllón era rector de la Universidad Técnica de Oruro. Aquella vez, se plantaron arbolitos en la zona Suroeste de la ciudad. Nadie pensó que, después de más de 40 años, hoy se pueda disfrutar de una arboleda inmensa que está cubriendo una serie de aulas, construidas al estilo de los caparazones de los quirquinchos.
Los universitarios, especialmente de las facultades de Ingeniería y de Ciencias Agrícolas y Pecuarias, convierten el sitio en un lugar ideal de paseo o estudio. Los pinos, que no se secan fácilmente en el altiplano, ni siquiera en invierno, han logrado vencer los rigores del tiempo.
Los sitios ecológicos no han sido construidos de la noche a la mañana, sino poco a poco. La plantación de los arbolitos ha sido lo más fácil, pero su cuidado, para su crecimiento, ha sido el trabajo más difícil.
Machacamarca,
Los mismos problemas surgieron en Machacamarca, ubicada a 30 kilómetros al Sur de la ciudad de Oruro. Esa población está reconocida como el “oasis del desierto”, “oasis del altiplano”. Los primeros arbolitos, especialmente el sauce llorón, los pinos, ciprés, eucaliptus, kiswaras y otros, han sido plantados cuando llegaron los primeros ferrocarriles a Oruro, en 1892. El agua dulce, que traían los ferrocarriles eran acumulados en los tanques de esa población y de ahí se distribuían para la gente.
Hoy, Machacamarca, se puede admirar desde lejos. Lo primero que se puede admirar es la gran cantidad de árboles. Los álamos se secan en invierno, pero los pinos están firmes, aunque siempre pierden su color verde oscuro. Los sauces abundan en esa población y parece que sus hojas caídas siempre están llorando, pero al mismo tiempo, otorgan humedad para que sigan firmes, muy cerca del lago Poopó.
Machacamarca es una población hermosa y privilegiada por la naturaleza. A pocos metros se encuentra el río contaminado con minerales, que baja desde Huanuni, pero aún así, los arbolitos no dejan de luchar contra ese mal. Por eso, las autoridades y habitantes reclaman por la construcción de un dique de colas en Huanuni, para terminar con la contaminación.
Las plantas silvestres, pero pequeñas, también están en los alrededores, como el chiji (pasto nativo), huaylla, paja brava, thola, kanlla kaska, layu layu, orquídea silvestre.
Para completar el panorama, los vecinos de aquel lugar han construido diques para la crianza de trucha, utilizando en parte las aguas del mismo lago Poopó.
Parque nacional de Sajama
El parque nacional Sajama, a simple vista, es solo un nevado donde hace mucho frío, pero por debajo de ese inmenso cerro, existe un bosque de keñua, un arbusto natural que crece entre un metro y metro y medio.
Según algunos investigadores, el altiplano estaba lleno de esos árboles, cuando llegaron los españoles los utilizaron como leña para fundir los minerales, hasta acabar con esta clase de integrantes de la ecología de Oruro.
El bosque de keñua todavía persiste en algunos lugares del altiplano, como en las inmediaciones de Turco y Sajama. A pocos pasos del gran nevado, se encuentran los geisers y las aguas termales, los principales atractivos para los turistas.
Caihuasi
Otro sitio hermoso se encuentra en Caihuasi, a 45 kilómetros al Noreste de la ciudad de Oruro, en las tierras de la familia Arce, donde hay más de un centenar de arbolitos que bordean las tierras de producción de hortalizas. Sin embargo, durante los últimos años, los comunarios han empezado a presionar a la familia para apoderarse de las tierras productivas.
Urmiri, ubicado a 80 kilómetros al Sur de la ciudad de Oruro, si bien está abandonado y donde solamente viven los abuelos, mantiene su prestancia con algunos árboles que, desde lejos, se puede admirar ese oasis. Las aguas termales alimentan a ese sitio y alimentan a los árboles.
El altiplano, por los pocos sitios mostrados, no solamente son lugares inhóspitos, abandonados, donde brota la paja brava por todos lados, sino que hay sitios excelentes para cambiar el panorama hasta hacerla más agradable para todos.
El año 2011, la Embajada de Suecia financió la adquisición de 30 mil arbolitos, para su distribución en las poblaciones de Omitiri, Ventillita, Pucara, Guardaña, Mollepongo, Lequelequeni y Cachicachi y otras comunidades del altiplano. Los resultados no se podrán apreciar, sino en por lo menos una década de intenso cuidado. Es poco, pero es necesario trabajar para mejorar el medio ambiente en Oruro.
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