La Navidad es un espíritu que revive cada 25 de diciembre, cuando evocamos el nacimiento del Niño Dios. Es un sentimiento de felicidad y el milagro principal, casi en la totalidad de los hogares, reunir a toda la familia en una noche de paz y amor.
Hace ya varios años en la ciudad de Oruro, las familias se reúnen en la plaza 10 de Febrero, pero no precisamente para recibir la Navidad, sino lo hacen mucho más antes, principalmente al pedido de miles de niños que piden que sus padres los lleven de paseo allá.
Mucho tiene que el ver el Gobierno Autónomo Municipal de Oruro, que mediante sus funcionarios se encargan del adornado de dicho sitio, que en las noches es el centro de reunión.
El ambiente navideño se vive mediante un Nacimiento casi de tamaño real. María y José en torno a su primogénito. Cuatro conos en forma de árboles de Navidad muestran como un fuerte los límites que a su vez están acompañados por esferas que tienen un pasaje interior, que más que por curiosidad o desafío, son atravesados por los ocasionales visitantes.
Arcos, luces, elementos navideños hacen de la Plaza Principal en un sitio sinigual, cuyo paisaje se complementa con los edificios principales que también son adornados como la Gobernación, la Alcaldía o el mismo Consejo Municipal, sin dejar de lado la Caja Nacional de Salud.
Pero esa magia no termina, solo en ese cuadrado, sino se extiende a lo largo de la calle Bolívar, que a diferencia de otros años, esta goza de elegancia y pasear por allí es como estar en un mundo surreal. Quizá no se tenga la opulencia de otras ciudades del planeta, pero Oruro goza de su propio encanto. Lo más importante disfrutar aquel paseo con la familia bajo la excusa de la Navidad.
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